El gobierno de Vladimir Putin aceptó este jueves, a la senadora Jeanine Áñez, como presidenta provisional de Bolivia tras la dimisión de Evo Morales el pasado 10 de noviembre.
No obstante, Rusia mantiene su postura al considerar que las acciones políticas y sociales que llevaron a la renuncia del exmandatario, “equivalen a un golpe de Estado”.
“Está claro que precisamente ella será considerada como mandataria de Bolivia en el período hasta que se elija al nuevo presidente”, dijo el viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov, en Brasilia, citado por la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
El presidente ruso destacó que en estos momentos “hay desgobierno” allí, y que, si bien no hay invasión directa desde afuera, el país latinoamericano “está al borde del caos“.
“Ha tenido lugar una situación en la que no hay Gobierno en absoluto. Todas las autoridades vigentes han renunciado al poder”, ha afirmado Putin. El caso de Bolivia le recuerda a Libia: “Aunque aquí no hay una intervención militar directa desde el exterior, el país en realidad está al borde del caos. Esta es una señal alarmante”, ha agregado.