La crisis económica y social de Venezuela ha llegado a un punto de no retorno. Al menos en el corto o mediano plazo, no se avizora un desbloqueo al conflicto político para lograr desconcentrar el poder en la cúpula del gobierno de Nicolás Maduro y que se generen aperturas hacia un programa de recuperación económica, financiera y social, puesto que la crisis del país ha descompuesto todo el tejido social en todas las aristas de la vida pública: alimentación, salud, educación, trabajo, finanzas familiares, poder adquisitivo, seguridad y servicios básicos; luz, agua y gas.
Ante esa combinación de factores, que han generado una crisis humanitaria, que a su vez escaló hacia una crisis humanitaria y luego a una emergencia humanitaria, es que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, llamó a los venezolanos a salir a protestar y marchar el próximo sábado 16 de noviembre para pedir ayuda a la comunidad internacional en vista de los graves problemas de hambre, desnutrición, falta de medicinas y falta de insumos médicos para la población del país.
El principal líder opositor y presidente del Parlamento volvió a pronunciarse este pasado domingo sobre la grave situación que vive el estado Zulia por la gran crisis compleja que, según las críticas sociales y la opinión pública, ha ocasionado el gobierno de Nicolás Maduro.
Guaidó se solidarizó con el estado zuliano ante la escasez de servicios básicos y el profundo deterioro en su sistema de salud, por lo que reiteró su lucha en la calle por el cese de la usurpación, que es su meta política mediante estrategias que provoquen un cambio de poder y materialicen su proyecto político de una transición en el sistema de gobierno y Estado en el país.
“¡Por esto nuestra lucha! No es por el poder, es por poder vivir dignamente”, dijo a través de su cuenta Twitter.
Asimismo, el jefe de la AN respaldó una vez más el paro nacional de las enfermeras venezolanas y la lucha por sus reivindicaciones y la mejoría del sistema de salud nacional, que es el ámbito de la vida nacional que se ha visto más afectado por la crisis económica y el poco o nulo financiamiento del Estado bajo el poder de Maduro como recursos presupuestarios para la red pública nacional de salud.