Los comités cívicos de Bolivia decidieron el cierre de fronteras y la toma de instituciones públicas, radicalizando las presiones que lideran desde hace dos semanas en busca de la renuncia del recién reelecto presidente Evo Morales.
“Paralizar desde las cero horas (del 5 de noviembre) todas las instituciones estatales y las fronteras de Bolivia de manera pacífica, firme y comprometida, con la única salvedad de dejar expeditos nuestros aeropuertos internacionales, servicios básicos y emergencias”, resolvió un cabildo o asamblea popular en la ciudad de Santa Cruz (este), según la agencia Sputnik.
La resolución fue aclamada por millares de ciudadanos congregados en una noche cálida en torno al monumento al Cristo Redentor al cumplirse el plazo de 48 horas que el líder cívico cruceño, Luis Fernando Camacho, había dado a Morales para que renuncie.
«Se nos agotó la paciencia», dijo Camacho, asegurando que la «radicalización del paro cívico nacional indefinido» fue coordinada con varios comités cívicos departamentales, plataformas ciudadanas y una alianza de instituciones opositoras denominada Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONAD).
En una primera reacción oficial, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, acusó a Camacho de impulsar “una aventura golpista (que) poco a poco se está aislando” y aseguró que el líder cruceño “optó por una línea radical que no será capaz de cumplir”.
“Camacho ya hizo el ridículo al exigir la renuncia del Presidente, le vendió a Santa Cruz la idea de que sería fácil sacarlo por la fuerza, y hoy día tiene que recurrir a medidas aún más radicales para mantener a los jóvenes en las calles”, afirmó la líder parlamentaria oficialista, quien es también de Santa Cruz.
Salvatierra añadió que no preveía medidas extraordinarias de protección de oficinas estatales, aunque horas antes del cabildo cruceño había sido reforzada la protección policial a la Plaza Murillo de La Paz, desde la cual se ingresa a los palacios de Gobierno y Legislativo y a la Casa Grande del Pueblo, nueva sede presidencial.
Los paros y bloqueos de calles, especialmente duros en Santa Cruz y con impacto parcial en otros departamentos, se iniciaron al día siguiente de las elecciones del 20 de octubre con una denuncia de fraude —hasta ahora no probada— hecha por uno de los candidatos perdedores, Carlos Mesa.
Camacho anunció que llevará personalmente a Morales una carta de renuncia para que la firme, y así concluya el conflicto que convulsiona al país.
“Lo vamos a sacar (a Morales), eso se lo garantizo”, afirmó el líder cívico cruceño, prometiendo que no retornará de La Paz sin la renuncia del indígena que gobierna Bolivia desde 2006.
El dirigente cívico puso un tono religioso a su discurso alzando una biblia, de la cual dijo que había sido sacada del Palacio de Gobierno por Morales.
“Esto vuelve el miércoles al Palacio, nuestra biblia, fe, democracia, libertad, vuelven el día miércoles a Palacio”, dijo.
Añadió que el cierre de fronteras y de las instituciones estatales buscaría como efecto inmediato privar al Gobierno de recursos económicos.
Camacho rechazó de nuevo una auditoría al reciente proceso electoral, que realiza la Organización de Estados Americanos con objeto de establecer la veracidad de las denuncias de fraude, que fueron hechas por los medios pero no de manera formal.