Mientras las fuerzas policiales lanzaban gases lacrimógenos y descargaban el cañón de agua contra los presentes, varios cócteles Molotov volaban en dirección a los agentes. Dos mujeres policías quedaron envueltas en llamas. Fueron ayudadas por sus compañeros, que usaron pequeños extintores y sus manos para sofocar las llamas.
Las víctimas del ataque fueron identificadas como la cabo 2° María Hernández Torres y la carabinera Abigail Aburto Cárdenas, ambas forman parte de la 28 comisaría de Fuerzas Especiales de Carabineros.
Al momento están internadas en la Unidad de Terapia Intensiva del recinto hospitalario de Carabineros.
Hasta ahora las quemaduras han sido la mayor causa de muerte en el marco de las protestas en Chile. Durante el saqueo de una fábrica en Renca, cinco personas murieron en el incendio. Al igual que dos mujeres en el saqueo de un supermercado quemado en San Bernardo, comuna de Santiago; igualmente un cadáver masculino fue encontrado electrocutado en el supermercado Santa Isabel saqueado sobre las calles Santa Rosa con Arauco.
Pero en ningún caso la violencia fue registrada de forma tan evidente y en una agresión tan frontal como los bombazos arrojados contra las mujeres que desempeñaban su trabajo con las fuerzas del orden.
El ataque produjo visitas por parte de autoridades. Por ejemplo, el ministro de Interior Gonzalo Blumel condenó la agresión: «Vamos a hacer todo lo posible para que estos hechos se sancionen». Llamó «cobarde» al ataque e hizo un llamado a «condenar la violencia y a repudiar estos actos».
Fue multitudinario el respaldo que recibieron las carabineras. Fueron visitadas por el general director de Carabineros, Mario Rozas, y la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, quien ha sido muy activa en redes sociales respaldando al Gobierno y denunciando abusos por parte de los manifestantes.