El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abrió este lunes la cumbre del G20 en Río de Janeiro con un mensaje enfocado en combatir el hambre y la pobreza a nivel global. Durante su discurso inaugural, Lula presentó la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza como el legado central de la presidencia brasileña del G20, exhortando a los líderes a adoptar acciones concretas frente a las crecientes desigualdades.
“El tiempo para alcanzar las metas del desarrollo sostenible se nos agota”, advirtió Lula, quien destacó que mientras el planeta produce alimentos suficientes para toda su población, 733 millones de personas aún padecen desnutrición. “Esto no es un problema de recursos, sino de decisiones políticas que perpetúan la exclusión social”, añadió.
Lula criticó el gasto militar global de 2,4 billones de dólares anuales y abogó por redirigir esos fondos hacia iniciativas que mejoren la calidad de vida de millones de personas. La Alianza Global contra el Hambre, respaldada por 81 países y numerosas organizaciones internacionales, fue señalada como un paso clave en esta dirección.
Tensiones y desafíos diplomáticos
El evento se celebra en un clima de alta tensión geopolítica, marcado por los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, los cuales Lula decidió mantener fuera del foco principal del encuentro. “Me propongo no traer la guerra al G20 para que podamos discutir los problemas de los pueblos que no están en guerra, los invisibles del mundo”, declaró el mandatario.
Sin embargo, las negociaciones hacia una declaración conjunta se han visto obstaculizadas por desacuerdos en temas clave, como impuestos globales y la promoción de la igualdad de género. A pesar de estas diferencias, la cumbre cuenta con la presencia de líderes como Joe Biden y Narendra Modi, mientras que la ausencia del presidente ruso, Vladimir Putin, refleja las divisiones existentes.
Río de Janeiro, símbolo de desigualdad global
Lula describió a Río de Janeiro, sede de la cumbre, como un reflejo de las desigualdades globales: una ciudad vibrante pero marcada por profundas disparidades sociales. En su discurso, recordó los avances de sus anteriores mandatos, cuando Brasil logró salir del Mapa del Hambre de la FAO en 2014, y subrayó su compromiso de continuar reduciendo la pobreza extrema en el país.
Al cierre de su intervención, Lula destacó que la Alianza Global contra el Hambre busca trascender las fronteras del G20, convirtiéndose en un legado de acción global. “Que esta cumbre sea recordada por el coraje de actuar”, concluyó, reafirmando su visión de un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible.
Con información de Infoabe