Chile acogió el viernes en su embajada en Caracas a Emilio Graterón, coordinador nacional de Voluntad Popular. Acto que fue rechazado por el Gobierno de Nicolás Maduro.
«El gobierno de Chile informa que el dirigente de la oposición venezolana Emilio Graterón ha sido acogido en calidad de huésped en la residencia de la embajada de Chile en Venezuela», señaló un comunicado divulgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno.
Graterón, exalcalde del municipio Chacao, en Caracas, es acusado por el Gobierno de Maduro de promover hechos de violencia que tuvieron lugar entre el 7 y 8 de julio pasado. En ese momento, bandas criminales atacaron con armas de guerra a fuerzas de seguridad y a civiles.
«La decisión del gobierno de Chile obedece a una solicitud del líder de la oposición Juan Guaidó. Además tiene por objeto brindar protección a esta persona, quien sufre persecución política por parte del régimen de Nicolás Maduro», añadió el texto chileno.
El Ejecutivo nacional «de Venezuela rechaza la decisión del gobierno de Chile al contribuir a blanquear la violencia sufrida por la población caraqueña en las últimas semanas. Esto al brindar acogida en su sede en Caracas a uno de sus principales promotores, solicitado desde hace días por la justicia venezolana».
Caracas acusa al gobierno chileno de ser «cómplice» de acciones violentas. Estas dejaron un saldo de unos 22 delincuentes abatidos, cuatro agentes del Estado caídos y un número no precisado de civiles muertos, en su mayoría por «balas perdidas», según las autoridades venezolanas.
¿De qué se les acusa a los opositores?
Graterón y otro grupo de opositores son vinculados por el Gobierno a una operación en la que aseguran participaron «paramilitares colombianos» para concretar un magnicidio, una acusación recurrente desde el chavismo.
Lo ocurrido con Graterón recuerda el caso del exdiputado Freddy Guevara, un cercano colaborador de Juan Guaidó a quien acusó en el pasado de incentivar la violencia en protestas que buscaban la salida de Maduro. Estas también dejaron unos 125 muertos entre abril y julio de 2017.
Tras la autorización para enjuiciarlo, se refugió en la embajada de Chile hasta que Maduro lo indultó en septiembre de 2020. Sin embargo, el lunes agentes del Sebin lo arrestaron e imputaron por «traición a la patria» y «terrorismo».
La detención de Guevara y las acusaciones contra varios aliados de Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, ocurren en medio de una tentativa de diálogo entre gobierno y oposición, auspiciada por Noruega. La sede para este fin sería México.
Según el presidente de la Asamblea Nacional del 2020, de mayoría chavista, Jorge Rodríguez, tanto Guevara como Graterón integraban un supuesto plan para asesinar a Maduro con «cuatro drones» el pasado 22 de junio durante un acto en Carabobo (norte).
«Tienen que ir presos», dijo Rodríguez el martes tras nombrar a varios dirigentes opositores.