El gobierno de Venezuela y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) han optado por ofrecer en los últimos meses pagos en yuanes a empresas que les prestan servicios, afirmaron cinco fuentes conocedoras de las conversaciones.
La medida es el último ejemplo de cómo el gobierno ha buscado nuevas fórmulas de pago una vez se intensificaron las sanciones financieras que desde Washington buscan la salida del presidente socialista Nicolás Maduro, y que este año limitaron el acceso de las entidades públicas al sistema financiero estadounidense.
Los funcionarios han hecho la propuesta en conversaciones con al menos cuatro empresas proveedoras del sector público, dijeron los consultados, incluidos dos funcionarios del gobierno y tres fuentes de los sectores financiero y petrolero que no revelaron cuáles compañías se han acercado.
Las contratistas están evaluando la propuesta, pero Reuters no pudo determinar si se han realizado dichos pagos en yuanes.
El Banco Central de China y el Banco de Desarrollo de China no respondieron a peticiones de comentarios. El Ministerio de Comunicación, Pdvsa y el Banco Central de Venezuela tampoco respondieron a solicitudes de comentarios.
Los organismos y empresas estatales venezolanas tradicionalmente han pagado a los socios del sector privado en dólares o bolívares, la moneda local, pero la hiperinflación y las sanciones de Washington, que prohíben a las empresas estadounidenses hacer negocios con el sector público de Venezuela, están complicando esos métodos.
La oferta se produce cuando Pdvsa y otros entes oficiales ya han cancelado a proveedores en billetes de euros en efectivo, que han recibido por algunas ventas de petróleo y oro, en respuesta a las restricciones que ahora aplica la banca global tras las medidas de Estados Unidos.
Pagar a las contratistas en yuanes permitiría a Venezuela aprovechar los fondos que tiene disponibles en China, sin pasar por el sistema financiero estadounidense. Pero dos de las fuentes dijeron que el proceso de apertura de cuentas en los bancos chinos estaba resultando complicado por los estrictos requisitos que piden las instituciones a las empresas.