La reacción fue inmediata. Ni bien Evo Morales, a las 16:51, renunció a la presidencia del país, los ciudadanos llenaron las principales calles de diferentes ciudades del país para celebrar un pedido que a medida que pasaron los días, tras las elecciones del 20 de octubre, creció a pasos agigantados hasta volverse insostenible para la primera autoridad de Bolivia. La presión fue mayor en las últimas horas al conocerse el informe de la OEA, que señaló varias irregulares en los comicios.
Para festejar se formaron un sinnúmero de caravanas de vehículos y multitudes que ondeaban la tricolor, y cuyas frases en su mayor parte decían: “Se va un tirano” o “Recuperamos la democracia”. El estribillo de ‘guerra’ de “quién se cansa, nadie se cansa. Quién se rinde, nadie se rinde. Evo de nuevo, huevo carajo”, se escuchó por doquier.
En el centro paceño una comitiva, liderada por el presidente del comité cívico cruceño, Luis Fenando Camacho, crecía a cada paso que daba por las principales calles de la urbe ante la ovación de la gente. Escoltados por la policía, ellos a esa hora ya habían cumplido su objetivo de dejar en Palacio Quemado la carta de pedido de renuncia de Evo Morales, que fue el mandato del Cabildo realizado en Santa Cruz y luego en el país.
El júbilo fue notorio también entre los cruceños, que este domingo cumplieron 19 días de paro cívico indefinido, con los sacrificios que tuvieron qué hacer para paralizar una ciudad de alrededor de 2.000.000 de habitantes, todo en protesta por los comicios y el pedido de renuncia a Evo Morales.