Las marcadas distorsiones de la economía venezolana han generado fenómenos económicos y sociales nunca antes vistos en el país y sin precedentes en la historia de las grandes crisis económicas de hiperinflación en América Latina.
Y es que últimamente se ha posicionado y normalizado la tendencia del sector comercial de no aceptar las piezas monetarias (billetes) de dólares que se encuentren en mal estado, deteriorados o desgastados en el papel. Esto se debe a la percepción social del valor del dólar como el único medio de protección financiera ante la elevada hiperinflación, por lo cual se genera ese rechazo de los comerciantes hacia los dólares en efectivo deteriorados por su volátil oferta y su desmedido incremento de precio en la tasa de cambio, lo cual reduce su circulación a la espera de una estabilidad en el mercado cambiario no oficial.
Es por ello que el economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrubal Oliveros, señaló que “la dolarización en Venezuela está avanzando a pasos agigantados”, en este sentido dijo que de acuerdo a un estudio, las operaciones con divisas alcanzan el 54% en al menos 7 ciudades importantes del país.
Precisamente, esta tendencia de los comerciantes a rechazar los billetes verdes en mal estado ocurre con mayor frecuencia en Maracaibo, estado Zulia, donde se produce un fuerte flujo de salida y entrada de dólares a través de la frontera con Colombia, ya sea por el contrabando de gasolina, la migración de venezolanos hacia territorio colombiano o las transacciones de las casas de cambio ubicadas en la frontera binacional.
“Empiezo a ver y es una constante en redes sociales que muchos comercios tal vez por ignorancia o protección no quieren aceptar ciertos billetes que estén rotos, rayados, o viejos, simplemente no los aceptan, además en algunos comercios dicen que los billetes tienen que ser a partir de 2013 para que sean aceptados”, expresó Oliveros en una publicación en su cuenta de Instagram.
Asimismo, este fenómeno ocurre por la percepción de inseguridad del sector comercial ante el creciente lavado de dólares y circulación de unidades falsificadas de moneda estadounidense.
Ante esta situación cuestionó: “¿De dónde sacan eso?”, ya que según sus palabras “eso no tiene ningún sentido” porque “el valor del dinero se lo da la gente a través de su uso”.
Esto implica que el valor fiduciario del dólar (oferta, demanda y confianza social en el ente emisor, en este caso la Reserva Federal de EEUU), se mantiene a nivel internacional a pesar de su estado físico, pues ese factor no incide en el valor intrínseco del signo monetario norteamericano o el de otra divisa.
“Por años, el dólar ha sido un mecanismo de protección para los venezolanos y no es reciente que lo estemos usando para pagar muchas de nuestras transacciones”, dijo el economista.
De hecho, el dólar ha ganado terreno como el nuevo medio de cambio que por dos años, desde el inicio de la hiperinflación, ha modificado todas las estructuras de costo de la economía venezolana, así como el valor real y no nominal de las actividades económicas en los sectores del país que captan más renta interna y externa.
Oliveros hizo un llamado a los comerciantes “a no estar aplicando ese tipo de criterios que no tienen ningún sentido” y añadió que “de lo único que tienen que cuidarse al aceptar este tipo de monedas es que el billete sea falso, ya que pueden venir de diferentes formas y de países vecinos”.