Cuando un año culmina, es importante reflexionar sobre todos los episodios vividos, sean buenos o malos, pues nos permite analizar y evaluar muchas cosas, las metas logradas y las que no se alcanzaron, los acontecimientos importantes, las dificultades que se presentaron y la forma de enfrentarlas, las alegrías, las tristezas, las oportunidades que llegaron, los logros obtenidos, nuestra actitud ante la vida, en fin nos permite hacer un balance sobre nuestro comportamiento durante 365 días, que sin duda nos deja un legado de conocimiento y crecimiento que al pasar de los años nos suman experiencia para seguir en este maravilloso camino llamado vida.
También es momento propicio para agradecer, en especial por superar esas situaciones que nos llevan al caos y que en el momento que se presentan nos abruman, pero cuando pasa el tiempo y miramos atrás sin la presión del momento, nos damos cuenta que es una prueba superada que tuvo solución satisfactoria como resultado de nuestras decisiones y acciones, lo que nos hace sentir tranquilidad.
Cada ser humano vive la vida con lo que tiene, en especial con las herramientas de vida que le acompañan y que utiliza en el momento que se requieran y con esto me refiero a los valores y principios fundamentales para desenvolverse ante cada situación, que nos permite relacionarnos y actuar correctamente, entendiendo que la vida es ensayo y error.
La esperanza es una virtud que debemos mantener activa cada día, es esa llama interna que enciende los motores de la motivación para salir adelante y alcanzar la meta propuesta. Se trata de confiar en un resultado que aún no está a la vista pero que con esfuerzo y perseverancia se logrará.
La esperanza nos mantiene enfocados en todo lo que deseamos alcanzar, nos aparta del desánimo y el pesimismo. Cada día de este año, que apenas comienza debemos estar agarraditos de la mano de la esperanza, encender esa luz que nos ilumina el camino, incluso en medio de la oscuridad. Nunca olvidemos que es fundamental, la acción junto con la esperanza, porque no hay resultado sin trabajo y constancia, nada llega por sí solo.
Abg. Nilmary Boscan Maldonado