Para muchas personas ser perfeccionista es una cualidad, sin embargo, más allá de ser visto como una conducta positiva, de la cual muchos se enorgullecen, no es una virtud, por el contrario es una necesidad de tener el control absoluto de todo, sin errores ni fallas, cuando está claro que la vida es un constante aprendizaje, que cada día nos pone a prueba, algunas fáciles de superar y otras con mayores obstáculos.
Precisamente estos retos nos dejan grandes aprendizajes, entre los cuales está, entender en primer lugar que todos somos seres imperfectos, que no tenemos el dominio de todo por mucho que lo intentemos y el hecho de luchar contra la corriente no sirve de nada.
Los seres humanos no podemos controlar todo, indistintamente del poder, dinero o influencias. Los desafíos que aparecen en la vida son impredecibles, simplemente llegan para fortalecerte y no para que te desanimes ni tires la toalla. Las personas perfeccionistas se derrumban cuando todo sale de su control, cayendo en estados de desespero y ansiedad, conductas estas que no aportan nada al problema, más bien lo agravan.
Es positivo hacer las cosas bien, ser disciplinado y planificado pero qué pasa cuando las cosas no salen como esperamos, muchos se frustran, se enojan y no aceptan la situación generando en ellos sentimientos negativos por el simple hecho de que no fueron cubiertas sus expectativas.
Los seres perfeccionistas no se enfocan solo en el presente, sino también en el futuro desconocido y que no existe, lo que supone un desgaste emocional. Si bien es cierto que tomar previsiones nos aleja de los problemas, no podemos pretender controlar lo que aún no ha sucedido. Todo tiene su tiempo, no podemos forzar un reloj de arena pues cada grano caerá en su tiempo y no en el de nosotros, por lo tanto es infructuoso afanarse o forzar los resultados, lo interesante es mantener la constancia y la disciplina para la consecución de las metas, simplemente dejar fluir para ir avanzando con paz y tranquilidad, obviamente no te vas a quedar dormido esperando que todo llegue a ti pero si puedes dar pasos seguros e ir viviendo cada día el presente con su dinámica y su afán
¡Quiero todo perfecto y sin errores!, esto no existe, los seres humanos somos imperfectos por lo que es normal equivocarse, el secreto para hacerlo mejor es aprender del error y mejorar, con buena actitud y buscando soluciones adecuadas. El perfeccionismo encajona todo en un sistema difícil, que solo pretende mantener el control de todo, ocasionado en la persona altos niveles de stress que no le sirven de nada, pues para que afanarse, si todo tiene su proceso y su tiempo. Por eso acepta, suelta, fluye y avanza.
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Abog. Nilmary Boscan Maldonado
Excelente desde todo el ámbito y extensión de la Palabra!!!!!
Excelente profesional..
Excelente reflexión Nilmary.
Gracias por compartir.
Saludos.
Exelente exposición el apóstol Pablo al respecto recomienda: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
me gustó mucho esa reflexión porque son cosas que a diarios nosotros los seres humanos vivimos y muchas veces no sabemos valorar o apreciar aquella persona que nos rodea debemos aprender a valorar sin ningún tipo de interés por eso es mejor ser siempre humilde y razonar como persona madura