En estos tiempos son conocidos con las siglas KPI, que significa indicador clave de rendimiento.
El gran pensador Peter Drucker afirmaba: «Lo que no se puede medir no se puede gestionar».
En tal sentido, las organizaciones públicas como privadas deben contar con un talento humano especialistas en el área, para que toda la evaluación de una gestión pueda ser valorada en términos más claros y precisos.
Acá debemos estar pendiente de no confundir con la métrica, por cuánto el indicador se sustenta en el uso de métricas para contar con una evaluación cuantitativa de los recursos con que cuenta una organización y les permita conocer logros, o desviaciones que deben servir como elemento a considerar para las correcciones de las políticas gerenciales.
La racionalidad en el uso de los recursos los podemos o debemos definirlos en nuestros planes de acción o plan operativo anual en el caso de organizaciones públicas.
Podemos medir como va la rentabilidad en función de los ingresos brutos, facturación, costos, medir el nivel de satisfacción de los clientes y de nuestros empleados.
Tradicionalmente los indicadores más conocidos, van orientados a medir la eficiencia, la eficacia y la efectividad, de modo que se cuente con estos KPI o indicadores, para poder saber si se avanza o no.
En las organizaciones públicas los indicadores van plasmados en su plan operativo anual, que no debe verse como una mera obligación legal.
Para ello debe aplicarse el monitoreo de la gestión, y si se cumple con lo planeado.
La búsqueda de la eficiencia y transferencia se acompaña con la rendición de cuentas, dónde se conoce realmente los aspectos más relevantes de una gestión y son sin duda el instrumento más importante para ubicar el camino del crecimiento de la organización.
@Figuerozabala