El régimen autoritario encarnado en el proyecto del “Socialismo del siglo XXI», se configuro en Venezuela entre los años 1983 y 1992 desarrollado como una pieza de laboratorio político, ideológico con consecuencias sociológicas que creció en Latinoamérica como producto de una corriente populista impulsada desde el seno de las clases poderosas como un signo para mantener el control del Estado nacional y de las fuerzas armadas en cada en país.
Precisamente, en Venezuela esta corriente populista hizo estragos a nivel socioeconómico e institucional, confirmando la tesis de lo débil y poco sólidas que son las instituciones políticas como la Democracia y de la cual se han aprovechado países como Cuba, Rusia y especialmente por China que sin duda, es el principal operador político de este eje del mal para lograr obtener el liderazgo de un nuevo orden mundial apoyado logísticamente por el Covid-19 como táctica comunista para controlar el mundo.
El imperio asiático representa hoy día, un imperio con pretensiones hegemónicas en el mundo cuyas ansias de poder lo puede llevar a extralimitarse en su necesidad de expansión del colonialismo; como diría Napoleón Bonaparte: «China es un gigante dormido. Déjenla dormir, porque cuando despierte sacudirá al mundo».
Ahora bien, concadenando algo de historia, en 1917 Lenin mando pal’coño a Marx cuando entendió que el determinismo propuesto por Marx no funcionaba, entonces propuso a los soviets la necesidad de actuar para dominar y controlar la sociedad interna y fomentar el colonialismo en el mundo entero, de ese modo, nació lo que hoy conocemos como voluntarismo. Lamentablemente la mayoría de los venezolanos nos cuesta salirnos de nuestra zona de confort, por eso, la crisis económica, no cambia gobierno.
Visto así, podemos afirmar que los regímenes autoritarios se mantienen en el poder sustentado en la práctica populista y el control social acompañado de una alta dosis de represión política. Por tanto, sus políticas económicas apuntan hacía aumentos de sueldos y salariales los cuales son fríamente calculados con la finalidad de empobrecer a la población vulnerable hasta lograr un control por medio del estómago a todos por igual. En ese sentido, los aumentos de sueldos y salarios que se proyectan en Venezuela se realizan aisladamente desde la cúpula del régimen, sin tomar en cuenta a nadie, menos a los sectores productivos (a quienes desea desaparecer) o a los gremios sindicales (a quienes persiguen y privan de libertad). Veamos lo que se derivará del aumento actual:
✓ Mayor control Social y sometimiento a los favores del régimen.
✓ Aumento de la pobreza extrema.
✓ Acelerara la hiperinflación a expensa del hambre del ciudadano.
✓ Censurara la expresión del pensamiento y opinión.
✓ Controlar el aumento de las divisas en dólares
Por tanto, a eso no se puede llamar aumento de sueldos y salarios por qué en termino reales no lo es, apenas se aumentó 150 mil bolívares lo cual no resuelve nada a la familia venezolana, para paliar esa situación, propongo la dolarización de la economía así como los sueldos y salarios como mecanismo para abatir la hiperinflación y proteger a los venezolanos.
En este año 2020, el salario mínimo y del pensionados IVSS será de BsS. 400.000, con el dólar a Bs 190.000,oo equivale el nuevo monto del salario mínimo o la pensión a $ 2,1 .
Nos desmejoran con el ingreso y te amarran con los precios dolarizados. En la actualidad la pura comparación afecte, los Sueldo y salario decretado por el régimen venezolano 2,1 $ Cuba 16 $ mensuales
Entonces, la pregunta que nos hacemos los venezolanos es: ¿Cuál aumento ?.
Por la justicia social en una Venezuela mejor.
@joaquinchaparro.
Dirigente Regional Copei-Zulia.
Un abrazo apretao.&