Cronista del Municipio Lagunillas
En el corazón del Municipio Lagunillas, en Ciudad Ojeda, se alza el Colegio San Agustín, una institución educativa que ha trascendido las generaciones, dejando una huella imborrable en la formación de miles de jóvenes. Con el ferviente deseo de sembrar las semillas del conocimiento y cultivar las mentes y corazones del futuro, los padres Agustinos emprendieron la noble misión de fundar el Colegio San Agustín. Su proyecto, inspirado en los valores cristianos y en la búsqueda de la excelencia educativa, encontró el respaldo y la bendición del Obispo de Maracaibo, Monseñor José Rincón Bonilla, quien otorgó el permiso oficial para su creación.
El 15 de noviembre de 1954, en una modesta casa quinta ubicada en la avenida Alonso de Ojeda, bajo la dirección del P. Francisco Merino, se encendió la llama del conocimiento, iluminando el camino de un grupo inicial de 42 estudiantes de primer grado. Este evento marcó el inicio de una era de transformación, donde la educación se convirtió en el pilar fundamental para el desarrollo integral de la comunidad.
En 1955, la generosidad de la operadora petrolera Shell (hoy PDVSA) se tradujo en la donación de un terreno en la Avenida Carlos Soublette (Avenida N), que marcaría un nuevo capítulo en la historia del Colegio San Agustín. Esta noble acción permitió a la institución iniciar la construcción de sus propias instalaciones, un espacio que albergaría el sueño de los padres Agustinos y el futuro de miles de estudiantes.
La matrícula del Colegio San Agustín experimentó un crecimiento exponencial durante la primera década. La institución, que había iniciado su camino con un grupo inicial de 42 estudiantes, vio cómo su comunidad educativa se ampliaba a pasos agigantados, llegando a albergar a 281 alumnos que cursaban hasta el sexto grado. Este crecimiento sostenido reflejaba la confianza que la comunidad depositaba en la calidad educativa del colegio y su compromiso con la formación integral de sus estudiantes.
Los años 60 representó un período turbulento para el Colegio San Agustín, marcado por la incertidumbre y la constante amenaza de cierre. Sin embargo, lejos de sucumbir ante la adversidad, la comunidad educativa se unió con firmeza y determinación, defendiendo con pasión y convicción su institución. En 1966, como un símbolo de su triunfo y una muestra de su constante crecimiento, la institución abrió sus puertas al primer año de bachillerato. Este hito marcó el inicio de una nueva etapa.
La década de 1970 dejó una huella imborrable en la trayectoria del Colegio San Agustín. Este período de expansión y transformación consolidó a la institución como un referente educativo de primer nivel, reconocido por su excelencia académica, su compromiso con la formación integral de sus estudiantes y su inquebrantable espíritu de superación.
En la actualidad, este prestigioso centro educativo se posiciona como uno de los más destacados del estado Zulia. Su inquebrantable compromiso con la excelencia académica se ve reflejado en el excepcional desempeño de sus estudiantes, quienes se destacan en diversas áreas del conocimiento. Más allá de la formación académica, esta institución educativa se dedica a inculcar en sus estudiantes valores morales y éticos sólidos, fomentando así el desarrollo integral de la persona. Promueve la responsabilidad social, el respeto por el medio ambiente y la participación activa en la comunidad.
Esta institución educativa ha trascendido su rol educativo, convirtiéndose en un pilar fundamental de la comunidad de Lagunillas. Su aporte a la sociedad es invaluable, formando ciudadanos comprometidos, críticos y preparados para enfrentar los desafíos del mundo actual. El Colegio San Agustín mira hacia el futuro con optimismo y determinación. Su compromiso con la innovación y la mejora continua garantiza que seguirá siendo una institución de referencia en la educación venezolana.