La negociación será un proceso inevitable en Venezuela, independiente de los resultados que se obtengan tras la elección presidencial del próximo 28 de julio, según el análisis hecho por Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis, durante su participación en Perspectiva País 2024, el ciclo de conversaciones organizado por Medianálisis y Centro Gumilla.
En el evento realizado el viernes 21 de junio se abordaron “los escenarios posibles para el 28J”, fecha de la votación para elegir a un nuevo presidente venezolano. Fue moderado por Andrés Cañizález, director de Medianálisis y por el politólogo Piero Trepiccione, subdirector del Centro Gumilla.
“Si vamos a la elección y (el mandatario Nicolás) Maduro logra esa magia de convertirse en mayoría sobre los votos, siendo minoría sobre las preferencias, yo creo que vamos a terminar en una presión internacional por negociar y si gana la oposición, pasará lo mismo. Igual hay que ir a negociar porque todavía le quedarán 6 meses a Maduro en el gobierno, controlando las instituciones, los militares, la plata y el poder”, dijo León al reflexionar sobre lo que podría pasar luego de los comicios.
Entre los escenarios analizados por el especialista destacan el coste político de una eventual salida de Nicolás Maduro del poder, la posibilidad de suspender la elección presidencial y las estrategias de ingeniería electoral que podría implementar el oficialismo para sumar votos a pesar del descontento generalizado en la población.
León también advirtió que se debe separar el contexto previo al proceso electoral y el resultado final, es decir, entre lo que se está viendo y lo que puede ser el desenlace.
7 de cada 10 venezolanos quieren un cambio
Luis Vicente León considera que, a diferencia de procesos anteriores, en esta elección presidencial la oposición tiene posibilidades reales de ganar aunque destaca que la balanza sigue estando a favor del sector oficial debido a distintas variables vinculadas con el proceso electoral.
«Hasta ahora no hay sorpresas, hay una fuerza de crecimiento importante de soporte popular a Edmundo González Urrutia porque es el candidato unitario, de la denominada oposición institucional venezolana y además cuenta con la fuerza de María Corina Machado, ganadora de la Elección Primaria, y también de los partidos tradicionales. Es una candidatura favorita, más allá de la figura que antes era desconocida pero representa el valor fundamental de la unidad”.
A juicio de León, lo sucedido con la candidatura de González Urrutía es un reflejo del deseo de cambio en Venezuela. “Siete de cada 10 venezolanos desean un cambio en Venezuela; entonces, si tienes que el 70 % de la población quiere cambio de gobierno y la oposición convencional logra un candidato unitario, eso hace que la figura de González tenga el respaldo de la mayoría”.
Sin embargo, aclaró que vamos camino a una elección no competitiva o semi competitiva, dependiendo de lo que suceda en los próximos 35 días hasta la fecha pautada para la votación.
“Una elección semi competitiva, es una elección en donde el poder controla la institucionalidad, controla los recursos, controla la comunicación y los medios, controla el registro electoral, la movilización, la presión y está dispuesto a usarla. Por eso decía, que no hay nada nuevo en algunos hechos registrados hasta ahora y que forman parte de la ingeniería electoral que el gobierno suele aplicar”.
Aún así, la oposición decide participar “porque cree que con su fuerza, independientemente de esos procesos de abuso de poder o desbalance, puede ganar. Algunos lo han logrado como (Alejandro) Toledo contra (Alberto) Fujimori en Perú”.
El costo de salida
A este escenario se suma “el costo de salida” de Nicolás Maduro del poder. “Las ventajas que tiene ahora la oposición no resuelve el gran problema que enfrenta el gobierno: el coste de salida infinito, con 15 millones de dólares sobre su cabeza, acusaciones de crímenes de lesa humanidad y de narcotráfico”.
En este sentido Luis Vicente León explica que no es descartable la suspensión de las elecciones o la aplicación férrea de ingeniería electoral para desanimar a los votantes, porque “el escenario preferido del gobierno es ir a una elección”.
“La ingeniería electoral se aplica porque evidentemente quieres mover algo. Está el tema de las operaciones de remate al final del día, el voto asistido y el relleno de votos, pero eso no cambia una diferencia de más de 20 puntos porcentuales (a favor de la oposición)”, aseguró.
Por otra parte, el especialista expresó que el día de la votación se estima que la abstención estructural se mantendrá en un mínimo de 20 % de parte de los venezolanos que están en territorio nacional. “A eso hay que sumarle los 4 o 5 millones de venezolanos que no pueden votar porque no se pudieron inscribir. Por lo tanto, lo mínimo que vas a tener en Venezuela es el 35 o 36 por ciento de abstención sobre el total del padrón electoral”.
Fuente: NAM/Agencias
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