Con una carga importante de su propia enfermedad –esquizofrenia- y tocado sin lugar a dudas por Satanás un hombre osó tomar un machete tres canales y despedazar a machetazos a toda su familia dentro de su propia casa y sin importar vecinos, conocidos ni entorno alguno. El endemoniado, sencillamente se encegueció y no vio más allá de su objetivo, acabar con esas “despreciables personas” de una vez y para siempre. La acción generó conmoción y horror en el vecindario y en todo el estado Lara. La noticia se hizo pública este viernes por la noche.
El terrible cuádruple homicidio tuvo lugar en el estado Lara, específicamente en el sector El Degredo, parroquia Pío Tamayo, municipio Andrés Eloy Blanco, en Sanare. Fue tan cruento y tan visible el horror que este hombre cometió que, como se dijo, sin importar que fuese descubierto, ciego de ira y tocado por el demonio, los fue desbaratando a machetazos, incluso hasta decapitarlos y prácticamente rebanarlos, lo cual, con toda lógica, despertó el interés comunitario y los vecinos casi lo linchan.
Una vez que se hizo público y notorio el cuádruple asesinato, los habitantes de El Degredo, se le abalanzaron al homicida entrándole a golpes hasta controlarlo por completo. Lo amarraron y dieron parte a las autoridades policiales.
La Unidad de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) envió una comisión al lugar para el horroroso trabajo de reconocimiento de esa escena del crimen y el levantamiento de los cadáveres o de los pedazos de los cadáveres.
Sin arrepentimientos
El homicida fue plenamente identificado como: José Vicente Aguilar, de 22 años, tenía la mirada fría y vacía, pero, además, nunca mostró quebrarse o algún destello de arrepentimiento, mantuvo siempre la pose desafiante como sintiendo orgullo de lo que había hecho. Así lo revelaron los testigos del hecho, los propios vecinos y hasta los mismos funcionarios de Criminalística, que no daban crédito a aquello y a la conducta de este hombre.
Los detectives acordonaron el lugar e hicieron el reconocimiento. Alrededor de la humilde vivienda no había sino sangre por todos lados; pisos, techos y paredes. Inclusive en el patio, por donde estaban regados partes de los cuerpos de sus parientes.
NAM