Encontrar una escuela, liceo o universidad pública en óptimas condiciones, no solo en los estados fronterizos sino en la mayoría de las entidades del país, se ha convertido en una misión imposible
Encontrar una escuela, liceo o universidad pública en óptimas condiciones, no solo en los estados fronterizos sino en la mayoría de las entidades del país, se ha convertido en una misión imposible, pues la mayoría presenta graves problemas en sus plantas físicas, además de severas deficiencias en servicios fundamentales como agua potable y electricidad.
Zuly Mora, coordinadora del Observatorio de Educación de FundaRedes aseveró que, en estados como Amazonas, Delta Amacuro, Zulia, Apure o Táchira, la población estudiantil de la zonas urbanas y rurales, reciben clases en medio de escenarios catastróficos.
“La realidad de muchas instituciones educativas en el país es de precariedad y decadencia, por consiguiente, el proceso de enseñanza aprendizaje no puede desarrollarse efectivamente”, afirmó.
A lo largo de 18 años- indicó Mora- se ha observado un deterioro progresivo de las instalaciones educativas en todos los niveles, que va desde el estado de los edificios por falta de mantenimiento hasta la falta de recursos y condiciones básicas necesarias para su funcionamiento.
Señaló que tanto en escuelas, liceos y casas de estudios superiores públicas es común encontrar problemas como techos y paredes en mal estado, filtraciones de agua, baños en condiciones insalubres, falta de mobiliario adecuado, aulas y espacios prácticamente destruidos, entre otras deficiencias.
“Estas condiciones adversas afectan indudablemente la calidad de la educación y el desarrollo integral de los estudiantes, así como la labor docente”, puntualizó Mora.
La coordinadora del Observatorio de educación de FundaRedes explicó que esa instancia ha podido constatar a través del monitoreo y las constantes denuncias hechas por parte de docentes, estudiantes, padres y representantes que cada día la infraestructura de estas instituciones empeora.
“Este deterioro no solo pone en riesgo la seguridad de los estudiantes y el personal educativo, sino que también afecta su motivación y rendimiento académico”, aseguró.
El Estado venezolano- continuó Zuly Mora- debe establecer un sistema de mantenimiento y reparación constante de las edificaciones educativas existentes tanto en los estados fronterizos como en el resto del país, garantizando un ambiente seguro y adecuado para el aprendizaje.
elnacional
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