Dicho video muestra a tres hombres descendiendo de un automóvil blanco, modelo Renault. Aunque las imágenes no son muy nítidas, se sospecha que estos individuos están vinculados con la organización criminal Tren de Aragua. La Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio de la capital también encontró restos de sangre de las jóvenes en la escena del crimen
Las autoridades de la Ciudad de México confirmaron la posible implicación de la banda el Tren de Aragua en el asesinato de las venezolanas Stephanie “N” y Susej “N”, de 19 y 21 años, cuyos cuerpos fueron hallados calcinados en Topilejo, Tlalpan.
El periodista Carlos Jiménez, conductor del programa C4 en Alerta, presentó un video clave en la investigación, que también está en manos de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México. En este video, se observa el vehículo en el que presuntamente fueron trasladadas Stephanie y Susej antes de ser asesinadas.
En este video, se observa el vehículo en el que presuntamente fueron trasladadas Stephanie y Susej antes de ser asesinadas. Allí se observa a los presuntos asesinos descendiendo de un automóvil blanco, modelo Renault.
Según las autoridades, esta banda opera en la calle de Jake Sullivan, en la alcaldía Cuauhtémoc, y está involucrada en la explotación sexual de mujeres venezolanas, a quienes les retienen sus documentos para evitar que regresen a su país.
En el audiovisual, los hombres se sacuden la ropa como si intentaran quitarse algo; uno de ellos incluso se deshace de sus calcetines, aparentemente sin llevar zapatos. Posteriormente, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) rastreó el automóvil hasta la alcaldía Benito Juárez, donde fue abandonado y posteriormente asegurado por las autoridades.
La Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio de la capital también encontró restos de sangre de Stephanie y Susej en la escena del crimen. Además, en el programa C4 en Alerta se mostraron los rostros de algunos presuntos integrantes de la banda Tren de Aragua, quienes, sin aparente preocupación, exhiben las casas de seguridad donde mantienen privadas a las mujeres venezolanas.
Previamente, se conoció que las jovencitas viajaron con el objetivo de convertirse en modelos. Sin embargo, fueron engañadas y capturadas por miembros del cartel, quienes las explotaron sexualmente y les dijeron que tenían que pagar una deuda de 15 mil dólares bajo la amenaza de que si no cubrían dicha cantidad, las iban a matar.
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