El Gobierno estadounidense anunció este sábado que autoriza a la petrolera Chevron a retomar operaciones limitadas de extracción de recursos naturales en Venezuela como resultado de la reanudación del diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición.
Esta medida, según el Departamento del Tesoro, refleja la política de largo plazo de Estados Unidos «de proporcionar un alivio de sanciones específico basado en pasos concretos que rebajan el sufrimiento del pueblo venezolano y apoyan la restauración de la democracia».
Esta licencia (GL 41) impide que la petrolera estatal venezolana PDVSA reciba ganancias de las ventas de petróleo por parte de Chevron y permite únicamente la actividad relacionada con las empresas conjuntas de Chevron en Venezuela, no otras actividades con PDVSA.
«Otras sanciones y restricciones relacionadas con Venezuela impuestas por Estados Unidos siguen vigentes», aclaró el comunicado, según el cual el país «hará cumplir enérgicamente estas sanciones y seguirá responsabilizando a cualquier actor que participe en actos de corrupción, viole las leyes estadounidenses o abuse de los derechos humanos en Venezuela».
Desde el Ejecutivo estadounidense se había supeditado cualquier decisión sobre Chevron a que las partes retomaran el diálogo e impulsaran otros compromisos específicos en apoyo de la población venezolana.
“Pasos importantes e la dirección correcta”
La mesa de negociación política entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, suspendida formalmente desde octubre de 2021 por decisión del Gobierno, se instaló de nuevo este sábado en Ciudad de México.
En la misma firmaron el Segundo Acuerdo Parcial para la Protección del Pueblo Venezolano, cuyo objetivo principal es la recuperación de recursos del Estado del paícaribeño bloqueados en el sistema financiero internacional.
«Los anuncios de la Plataforma Unitaria y el régimen de Maduro son pasos importantes en la dirección correcta para restaurar la democracia en el país. Estados Unidos saluda y apoya la reapertura de negociaciones como parte de nuestra política de largo plazo de apoyo a la restauración pacífica de la democracia», añadió el Departamento de Estado.
La decisión sobre Chevron autoriza transacciones necesarias para ciertas actividades relacionadas con la gestión por parte de Chevron o sus filiales de sus empresas conjuntas que involucran a PDVSA o a cualquier entidad en la que PDVSA posea, directa o indirectamente, una participación del 50 % o más.
Durante seis meses
Una fuente oficial estadounidense añadió a la prensa que la licencia emitida estará en vigor seis meses y que el Ejecutivo estadounidense se reserva la potestad de modificarla o revocarla en cualquier momento si el régimen venezolano no negocia de buena fe o no mantiene sus compromisos.
PDVSA no recibirá ningún beneficio de la venta de crudo porque, según se aclaró, estos irán dirigidos al pago de la deuda a Chevron.
Estados Unidos hizo saber a través de esa fuente que solicitará a la petrolera estadounidense informes detallados de las operaciones financieras de sus empresas conjuntas para garantizar la transparencia y recalcó que la decisión no se toma «en respuesta a los precios energéticos» debido al contexto geopolítico internacional, sino en apoyo a la democracia en ese país.
Otro alto cargo estadounidense incidió en una conferencia de prensa telefónica que su país hace tiempo que ha dejado claro «que la mejor solución en Venezuela es una negociada entre las dos partes», y que para fomentarla están dispuestos a proporcionar un alivio de las sanciones.
Fuentes oficiales estadounidenses habían avanzado este sábado que con la licencia contemplada, confirmada hoy, se pretendía cambiar «las ventas de petróleo de canales ilícitos y no transparentes a canales transparentes y legítimos, cortando el uso de firmas corruptas en la sombra que controlan el flujo de petróleo venezolano a países como China».
El senador demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité de Exteriores del Senado estadounidense, subrayó este sábado que cualquier otra cosa que no conduzca por parte de la negociación en curso a la restauración completa de las instituciones democráticas, la liberación de prisioneros políticos y elecciones libres y justas debería verse «como un fracaso».