La deserción académica universitaria en Venezuela roza los 45 por ciento y 50 por ciento, según lo reportó Jesús Mendoza, presidente de la Federación de Centros Universitarios y representación estudiantil de la UCV.
Frente a esto, y en contexto con la época de inscripciones en el país, responsabilizó al Sistema Nacional de Ingreso OPSU, por una deficiencia al asignar los cupos universitarios a los bachilleres.
Destacó el acuerdo establecido en la Resolución 440, que establece que sólo un 30 por ciento de los cupos de cada universidad, deben ser asignados por la OPSU, y el resto a la selección de mecanismo internos de cada universidad.
Sin embargo, dijo que desde el 2015, las universidades no pueden negarle los cupos asignados por la OPSU a los estudiantes, aunque el sistema sobrepase el 30 por ciento.
Según lo informado por el presidente de la Federación de Centros Universitarios, la asignación de plazas se da con la división del 50 por ciento el promedio de primero a cuarto año, un 30 por ciento por la actividad o situación socioeconómica del estudiante, 15 por ciento por la ubicación de residencia y sólo un cinco por ciento por los resultados de la prueba de la OPSU.
“Un estudiante que tenga pocos recursos económicos, tiene más probabilidades de quedar en una carrera como medicina u odontología”, señaló y respaldó que estos estudiantes aumentan la probabilidad de deserción académica por falta de becas y respaldo socioeconómico.
Benjamín Scharifker, exrector de la Unimet y USB, químico y miembro de la sociedad civil, denunció que el Sistema Nacional de Ingreso “no es un sistema que asigna plazas en las universidades de acuerdo a las capacidades y la vocación de los estudiantes, sino de acuerdo a un algoritmo muy oscuro que tiene poco que ver con el sistema estudiantil”.
Explicó, en entrevista con Shirley Varnagy, que, para la asignación de cupos en las universidades de carácter público en el país, el sistema toma en cuenta el promedio del total de notas y no del desempeño en las materias enlazadas a cada carrera, ni toma en cuenta la falta de algunas materias que se dan frecuentemente en liceos públicos.
“Es un sistema que no es solamente injusto porque no mide lo que es realmente las capacidades del estudiante, la calidad educativa y ni siquiera la educación del estudiante, sino que condena al sistema educativo general venezolano a la ignorancia”, denunció.
Scharifker calificó como “un gran defecto” la ausencia de un sistema estandarizado de medida del desempeño estudiantil y reportó, además, un déficit de bachilleres que optan por las universidades públicas, “por una gran cantidad de estudiantes no acceden a las universidades por problemas económicos o porque se han ido del país”.
Por: Agencias / Foto: Cortesía
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