Nunca es tarde para rectificar cómo hacer los cambios de nuestros hábitos y esta nota te ayudará a replantearte cómo estás haciendo las cosas y qué deberías cambiar
Todos tenemos nuestras rutinas diarias y nos hemos acostumbrado a una serie de rituales que hemos desarrollado con el tiempo. Sin embargo, según publicó el portal español 20minutos.es, es posible que algunos de ellos los estemos haciendo mal sin darnos cuenta. Afortunadamente, nunca es tarde para rectificar y esta nota te ayudará a replantearte cómo estás haciendo las cosas y qué deberías cambiar.
Tomar café instantáneo
El café molido natural es mucho más beneficioso que el instantáneo, ya que este último tiene más químicos y menos nutrientes. Si además, añades un poco de leche conseguirás una ración extra de calcio.
Cepillar los dientes al terminar de comer
Los expertos recomiendan esperar al menos media hora después de la ingesta de alimentos antes de realizar el cepillado, ya que si lo haces antes puedes dañar el esmalte dental.
Calentar la comida amontonada
Cuando hagas uso del microondas es importante que no amontones toda la comida porque no se calentará el plato de forma uniforme. Para ello, deja un agujero sin comida en el centro y extiende el resto por los lados.
Ducharse con agua muy caliente
Abusar del agua caliente puede tener consecuencias muy negativas para la salud, ya que los vasos sanguíneos se dilatan y la presión arterial puede caer. Al contrario, las duchas de agua fría son muy beneficiosas, ya que mejora la circulación.
Retrasar la alarma al levantarnos
Se ganan unos minutos de sueño, pero no es tan buena idea. Y es que despertar y dormir varias veces en cuestión de minutos puede provocar que al final estemos más somnolientos que si nos levantamos la primera vez que suena.6/10
Aplicar desodorante durante el día
El mejor momento para aplicar los desodorantes es por la noche, cuando se suda menos, ya que el organismo tiene más capacidad para absorber estos productos. Durante el día, la mayor cantidad de sudor hace que el desodorante desaparezca más rápidamente.
Tirar de la cadena con la tapa abierta
Si no tienes la costumbre de bajar la tapa después de hacer tus necesidades, deberías. Y es que la cadena puede dispersar las gotas fecales hasta metro y medio de distancia fuera del inodoro.
Priorizar abrigar la cabeza con el frío
Cuando hace frío, tendemos a intentar mantener la cabeza caliente por encima de otras partes del cuerpo, sin embargo, es un error, ya que no se pierde más calor a través de ella que de otros lugares. Por tanto, hay que procurar calentar todo el organismo por igual.
Conformarnos solo con el cepillado
Aunque cepillarse varias veces al día los dientes es una costumbre muy saludable para la boca, muchas veces no es suficiente. Y es que quedan todavía muchísimos restos de comida, por lo que habrá que acompañarlo del uso de la seda dental.
Lavarnos las manos
Parece que es una actividad que es difícil hacerla mal, pero así ocurre. Tras lavarse las manos, es necesario sacudirlas hasta una docena de veces antes de secarnos. El motivo es evitar el exceso de humedad.
Fuente: versionfinal
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