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miércoles, 02 de abril del 2025
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Un estudio revelaría un vínculo entre la tinta del tatuaje con un mayor riesgo de cáncer

Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca, analizando datos de parejas de gemelos daneses, han encontrado evidencia que sugiere que la tinta de los tatuajes puede aumentar el riesgo de cáncer de piel y linfoma.

Este riesgo potencial está relacionado con la acumulación de tinta en los ganglios linfáticos. Estos hallazgos resaltan la preocupación por los efectos a largo plazo de los tatuajes en la salud.

Mucha gente considera cuidadosamente la elección de un tatuaje, pero un aspecto que a menudo se pasa por alto es su posible impacto a largo plazo en la salud.

Las investigaciones indican que la tinta del tatuaje no se queda en la piel. En cambio, las partículas de tinta pueden migrar a los ganglios linfáticos, donde se acumulan con el tiempo.

Un estudio colaborativo realizado por investigadores del Departamento de Salud Pública y el Departamento de Investigación Clínica de la Universidad del Sur de Dinamarca, junto con la Universidad de Helsinki, examinó los posibles efectos de esta migración de tinta en la salud.

Utilizando datos de parejas de gemelos daneses, descubrieron que las personas con tatuajes eran diagnosticadas con mayor frecuencia de cáncer de piel y linfoma que las personas sin tatuajes.

Las partículas de tinta en el cuerpo

Los ganglios linfáticos son una parte crucial del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y filtrar sustancias dañinas del cuerpo.

Cuando la tinta del tatuaje penetra la piel, parte de ella se absorbe en los ganglios linfáticos.

A los investigadores les preocupa especialmente que la tinta del tatuaje pueda desencadenar una inflamación crónica en los ganglios linfáticos, lo que con el tiempo podría provocar un crecimiento celular anormal y un mayor riesgo de cáncer.

Podemos observar que las partículas de tinta se acumulan en los ganglios linfáticos y sospechamos que el cuerpo las percibe como sustancias extrañas”, explica Henrik Frederiksen, consultor de hematología en el Hospital Universitario de Odense y profesor clínico en la SDU.

“Esto puede significar que el sistema inmunitario está constantemente intentando responder a la tinta, y aún no sabemos si esta tensión persistente podría debilitar la función de los ganglios linfáticos o tener otras consecuencias para la salud”.

Estudiar esta relación es un desafío, ya que el cáncer puede tardar años en desarrollarse.

Esto significa que la exposición en la juventud podría no causar la enfermedad hasta décadas después, lo que dificulta la medición de un efecto directo.

Los datos gemelos brindan una oportunidad única

El estudio se basa en datos de la Cohorte Danesa de Tatuajes en Gemelos, donde los investigadores cuentan con información de más de 5900 gemelos daneses.

Al analizar los patrones de tatuajes junto con los diagnósticos de cáncer, se observó una mayor incidencia de cánceres de piel y linfoma en individuos tatuados.

“El aspecto único de nuestro enfoque es que podemos comparar pares de gemelos en los que uno tiene cáncer, pero por lo demás comparten muchos factores genéticos y ambientales”, afirma Jacob von Bornemann Hjelmborg, profesor de bioestadística en la SDU.

“Esto nos proporciona un método más sólido para investigar si los tatuajes en sí mismos pueden influir en el riesgo de cáncer”.

El tamaño de los tatuajes importa

Los resultados muestran que el vínculo entre los tatuajes y el cáncer es más evidente en aquellos con tatuajes grandes, definidos como más grandes que la palma de la mano.

En el caso del linfoma, la tasa es casi tres veces mayor en el grupo de personas con tatuajes grandes que en quienes no los tienen.

Esta tasa (más específicamente, la tasa de riesgo) tiene en cuenta la edad, el momento de la realización del tatuaje y el tiempo de seguimiento de las personas en el estudio.

“Esto sugiere que cuanto más grande es el tatuaje y más tiempo lleva ahí, más tinta se acumula en los ganglios linfáticos. Es necesario investigar más a fondo el alcance del impacto en el sistema inmunitario para comprender mejor los mecanismos involucrados”, afirma Signe Bedsted Clemmensen, profesora adjunta de bioestadística en la SDU.

Otro estudio de la Cohorte Danesa de Tatuajes en Gemelos muestra que los tatuajes son cada vez más comunes.

La estadística

Los investigadores estiman que cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres tendrán tatuajes al cumplir los 25 años.

El vínculo con el linfoma también se observó en un estudio sueco independiente de 2024.

Investigaciones anteriores han sugerido que ciertos pigmentos en la tinta del tatuaje pueden ser más problemáticos que otros.

En nuestro estudio, no observamos una relación clara entre la aparición de cáncer y colores de tinta específicos, pero esto no significa que el color sea irrelevante.

Sabemos por otros estudios que la tinta puede contener sustancias potencialmente dañinas y, por ejemplo, que la tinta roja causa reacciones alérgicas con mayor frecuencia.

Esta es un área que nos gustaría explorar más a fondo, afirma Signe Bedsted Clemmensen.

qpasa

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