Si tienes un gato en casa, seguro más de una vez te has preguntado: ¿estará estresado mi michi?. Pues la respuesta es sí… ¡y más seguido de lo que crees! Como no hablan, muchas veces, damos por sentado que están bien, pero la realidad es muy distante y esos comportamientos distintos, son señales.
¿Qué es exactamente el estrés en gatos?
Es una respuesta del cuerpo ante algo que el gato percibe como raro, molesto o amenazante. ¿Cómo qué? Simple: cambios, los gatos detestan los cambios, son seres de rutinas. Una mudanza, ruidos, familiares que se quedan o se van por temporadas, un nuevo bebé o una nueva mascota.
¿Cómo saber si mi gato está estresado?
Presta atención a estas señales: botan mucho pelo, presentan vómito o diarrea sin razón aparente, infecciones urinarias como cistitis, asma y muchas otras señales, que han podido evitarse, pero no leímos su lenguaje, antes de la crisis.
Con frecuencia, todo comienza con lamidos excesivos, esconderse, portarse «mal» o ser agresivos, rebeldes, pueden dejar de comer o defecar en cualquier parte. Puede ser algo repentino o como una bomba de tiempo que se fue acumulando y no notamos a tiempo.
¿Qué cosas los ponen más nerviosos?
Los gatos son animales de costumbres, hábitos, y cualquier cambio puede sacarlos de balance. Algunas de las situaciones más comunes son:
- Mudarse o cambiar de casa.
- La llegada de otro animal o un bebé.
- Ruidos como truenos o fuegos artificiales.
- Cambios en tu horario o rutina.
- Visitas en casa o idas al veterinario.
- Quedarse solos por muchas horas, sobre todo si vienen de situaciones difíciles.
- ¿Cómo puedo ayudarlo?
Aquí te van algunos tips que pueden ayudarte a brindarle apoyo a tu gato:
- Respeta su espacio: déjale escondites, cajas, lugares altos o tranquilos donde pueda sentirse seguro.
- Rutinas claras: intenta mantener sus horarios de comida, juego y descanso.
- Feromonas felinas: existen productos que imitan las feromonas naturales del gato. Ayudan a calmarlo y darle sensación de seguridad.
- Juguetes y estímulos: si pasa mucho tiempo solo, los juguetes interactivos pueden reducir su ansiedad.
- Nada de dramatismo al salir de casa: una salida sin despedidas teatrales evita que asocie tu partida con angustia.
- Consulta con un experto: si notas cambios grandes o persistentes, no dudes en acudir al veterinario o a un especialista en comportamiento felino.
Recuerda:
Cada gato tiene su propia personalidad, es distinto y puede ser que un gato se esconda y deje de comer por estrés, mientras que otro podría dejar de orinar y ponerse agresivo, tratar de observarlo, ayudará mucho al explicarle al veterinario, quien te dará luces y es el mejor aliado.
NAM/Últimas Noticias
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