Los racionamientos eléctricos, cada vez más prolongados, han causado el descontento espontáneo de los habitantes de los municipios Boconó y Valera durante la primera semana de mayo. Los cortes, de tres horas diarias al principio de la cuarentena, han pasado a ser de nueve horas y aplicados generalmente en las noches.
En el sector La Milla, Loma del Guamo y La Vega, en Boconó, la ciudadanía hizo un cacerolazo para mostrar su molestia durante un apagón la noche del 6 de mayo. Este tipo de protesta ha sido replicado en otros sectores de la localidad por tres noches seguidas.
En el caso del municipio Valera, en la noche del viernes 8 de mayo las comunidades de La Floresta sonaron sus cacerolas y cerraron la avenida principal.
Un vecino del sector Los Sin Techo de La Floresta informó que quemaron cauchos a las 8:00 pm del viernes 8 de mayo para obstaculizar la vía, hasta que llegó la Guardia Nacional y disipó la manifestación. Un hecho similar ocurrió en el sector Lazo de la Vega.
“La guardia pasó por aquí, en Lazo de la Vega, disparando al aire, para que la gente se encerrara. En otras palabras, utilizaron el psicoterror», manifestó una habitante de la comunidad y testigo de la represión militar. El incidente terminó a las 9:00 pm, cuando el servicio eléctrico fue restablecido.
18 días sin agua
Las fallas de energía también han causado la interrupción del suministro de agua, pues el acueducto trabaja con un sistema de bombeo. En el municipio San Rafael de Carvajal, los ciudadanos de tres parroquias tienen 18 días sin el servicio.
Esa irregularidad en el servicio del agua ha propiciado no menos de cuatro protestas en una semana. La más reciente ocurrió este sábado, 9 de mayo, cuando los habitantes del sector El Filo cerraron la calle principal para exigir una solución.
El Pitazo