El gobernador aseguró que esta medida complementará otras de sus estrategias en la frontera, como el envío de la Guardia Nacional y la instalación de mallas de púas a lo largo de la línea del río.
Este primer despliegue de boyas le costó al estado cerca de 1 millón de dólares, según Abbott, que son parte de un presupuesto de 5.100 millones de dólares asignados por la legislatura de Texas para “asegurar la frontera”.
Ya comenzó la instalación de la barrera acuática, según las autoridades.
“Nadie tiene que estar cruzando entre los puertos de entrada. No queremos que nadie salga lastimado. De hecho, vamos a evitar que la gente se lastime y que la gente se ahogue. Y esta es una forma proactiva”, dijo Steven C. McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
El inicio del proyecto se realizará en Eagle Pass pues, según McCraw, “en este momento el centro de gravedad del contrabando es el condado de Maverick”.
La ciudad colinda del lado mexicano con Piedras Negras, Coahuila.
La barreras, que fueron compradas a la compañía Cochrane USA, consisten en boyas giratorias que están amarradas con un cable de acero grueso que podrían alcanzar hasta dos metros de profundidad.
“Tal movimiento conlleva cierto riesgo político, ya que las barreras físicas a la inmigración ilegal, como los muros altos, generan críticas y controversias de manera confiable por parte de los defensores de la inmigración ilegal, y la atención hostil de los medios si los inmigrantes resultan heridos al intentar derrotarlos”, escribió Todd Bensman, miembro del Centro de Estudios de Inmigración, un centro de investigación de EEUU.
Con información de VOA
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