El Barça va de un extremo a otro. En este caso, mejoró en el juego con respecto al duelo en la Copa frente al Ceuta, pero le faltó de nuevo contundencia y acabó por llevarse un al final pírrico triunfo por 1-0 ante el Getafe apoyado, sobre todo, en la seguridad de un Ter Stegen que sólo ha encajado un gol esta temporada en Liga en el Camp Nou.
El Getafe planteó un partido rocoso, encomendándose ante todo a la defensa para buscar rascar al menos un punto, bien dejando a cero su meta, bien aprovechando alguna acción aislada. El único tanto barcelonista, anotado por Pedri en los primeros 45 minutos, acabó por bastarles a los barcelonistas para frustrar sus planes.
El once que plantó inicialmente Xavi, sin los sancionados Lewandowski y Ferran Torres, incluyó un par de reservas con vistas al duelo de Copa frente a la Real Sociedad. Frenkie de Jong y Araujo se quedaron en el banquillo, mientras que, en punta, Ansu Fati se situó como referencia, con Dembélé y Raphinha acompañándolo desde las alas.
Pese a su incuestionable velocidad, al Barça le costó mucho superar el férreo entramado defensivo con el que el Getafe se plantó en el Camp Nou.
Desde el arranque quedó muy claro que sus mejores opciones iban a pasar por tratar de romper su línea de cinco en la zaga con pases largos o buscar el disparo desde fuera del área a la menor oportunidad. Dembélé, tremendamente incisivo, fue durante muchos minutos el que más se destacó en esas lides.
Con todo, sería un Raphinha algo menos entonado el que acabaría por encontrar la acción perfecta para abrir la lata. El brasileño recogió el pase al primer toque de Christensen, atentísimo para romper el intento de salida rival y le puso un medido pase a Pedri para que quebrara al fin la resistencia de los visitantes cinco minutos por encima de la primera media hora de juego.
El propio Pedri, algo más tarde, a punto estuvo de deslucir tremendamente su acierto. Un pase hacia atrás más que defectuoso del canario le dio una opción inmejorable al Getafe que Ter Stegen, en uno contra uno con Mayoral, evitó que acabara por convertirse en el tanto del empate. El arquero alemán, de hecho, ya estuvo más que sembrado en varias acciones anteriores, generadas todas con pases a la espalda de sus zagueros, pero invalidadas todas también por claros fueras de juego. Hasta el descanso, el Barça encontraría alguna opción de aumentar su ventaja. Ninguna de ellas, con todo, lograría volver a encontrar el camino de la red.
Tras el descanso, el Barça volvió a acusar esa falta de contundencia para sentenciar el partido de la que tanto ha llegado a quejarse Xavi en los últimos tiempos. Prácticamente, monopolizó el control del esférico, pero no pudo generar opciones claras para colocar el 2-0 de la tranquilidad en el marcador ante un Getafe que apostó otra vez por blindarse en defensa y tratar de pescar algo en alguna salida a la contra. La escasa distancia en el luminoso para lograrlo, sin duda, le permitía pensar que eso no era en absoluto una utopía E, incluso, aferrarse con ahínco a ello.
Y, de hecho, el Getafe incluso llegó a rondar con cierto peligro el área barcelonista, pero sin llegar a inquietar realmente a Ter Stegen. A pesar de su control del duelo, los azulgrana insistían en colocar su triunfo sobre la cuerda floja. Y eso que Kessié, cerca del ocaso, tuvo una inmejorable oportunidad para sentenciar definitivamente el partido, bien solventada por David Soria y los azulgrana firmaron también otras internadas peligrosas, aunque sin resolución. El exceso de funambulismo, no obstante, no acabó por pasarle esta vez factura a un equipo que, por ahora, sigue sumando victorias y se mantiene firme en el liderato.
NAM – El Mundo
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