Ramón Valdés vivió a la sombra de dos de sus hermanos: Germán Valdés «Tin Tan» y Manuel «El Loco» Valdés. Ambos fueron estrellas en diversas épocas: «Tin Tan» como «El Pachuco» en la época de oro del cine mexicano, y «El Loco», en series de los sesenta y setenta, pero el estrellato también le tocó a «Moncho», como lo llamaban sus hermanos.
Ramón Esteban Gómez Valdés y Castillo nació en la Ciudad de México un 2 de septiembre de 1923. Hijo de Rafael Gómez Valdés Angelini y Guadalupe Castillo, Ramón tuvo una infancia difícil al ser uno de nueve hijos, pero al entrar al medio artístico, su vida cambió.
El primero en tocar las puertas del espectáculo fue Germán, quien no dudó en llevar a sus hermanos a la pantalla grande, no en vano son muchas las cintas donde vemos a Ramón Valdés en papeles secundarios, la mayoría de estas tuvieron a «Tin Tan» como su protagonista.
«El rey del barrio», «Calabacitas tiernas», «La marca del zorrillo», «Simbad el mareado», «El revoltoso», «El bello durmiente», «El vagabundo» y «Las locuras de Tin Tan», son algunas de las películas donde «Moncho» tuvo participaciones menores, aunque también actuó en otras como «El inocente», «La vida no vale nada» y «El campeón del barrio».
El éxito llegó un poco tarde a la vida de Ramón Valdés. Fue en 1968 cuando fue llamado por Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» para integrarse a su nuevo proyecto llamado «Los supergenios de la Mesa Cuadrada», a lado de Rubén Aguirre y María Antonieta de las Nieves.
Cuando nació «El chavo del Ocho» fue claro que Ramón tendría un papel en el elenco y fue así como nación «Don Ramón», el padre desempleado y holgazán de «La Chilindrina», un hombre que cría solo a su hija y que siempre debe la renta.
El papel de «Don Ramón» fue muy querido por el público y no se diga el elenco, pues entabló una gran amistad con «Chespirito» y con María de los Ángeles Fernández, quien dio vida a «Doña Clotilde».
Los años setenta fueron la época dorada para Ramón Valdés y el proyecto del que formó parte durante varios años, hasta que, tras la salida de Carlos Villagrán a finales de los años setenta, le siguió «Moncho», quien comenzó a trabajar en el circo y, en los años ochenta, en televisión junto a Villagrán.
A pesar de personificar otros papeles, «Don Ramón» se convirtió en el gran personaje dentro de su trayectoria histriónica y de él vivió sus últimos años, hasta que murió a los 63 años el 9 de agosto de 1988 a causa del cáncer de próstata que padecía.
Noticia al Día/Información de Yahoo
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