Persecución y atropello han denunciado migrantes venezolanos que están siendo desalojados de las calles de la ciudad de Cúcuta, Pamplona y la población de Berlín, departamento de Norte de Santander y Santander, en Colombia. Debido a la emergencia por el brote del coronavirus, la alcaldía de Pamplona emitió un decreto donde ordenan el cierre temporal de los cuatro albergues dispuestos en el municipio. Esto obligó a que la Policía Nacional de Colombia, desalojara a los migrantes venezolanos que descansaban en las casas de paso y a todo aquel que se encuentre errante en la calle.
“Corremos el riesgo de seguir propagando la enfermedad y no podemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos tomar decisiones. Tenemos que evitar el contagio”, expresó el alcalde de Pamplona, Humberto Pisciotti, quien en una rueda de prensa anunció las medidas.
Enseguida las personas vinculadas a los albergues reaccionaron ante la decisión del gobierno municipal. “Parece una persecución nazi”, expresó José Luis Muñoz, miembro de la Red Humanitaria, una organización que agrupa las casas de atención a los migrantes venezolanos entre la ciudad de Cúcuta, Bucaramanga y Tunja. Según indicó Muñoz, han dejado en la calle a más de 100 venezolanos, “algunos suben hasta Berlín, otros se devuelven a Cúcuta pero han sido detenidos por la policía”, indicó Muñoz. No se sabe cuál sería el paradero de algunas personas. Reportaron que en Cúcuta los reunieron en una cancha deportiva.
También informaron que funcionarios de Migración Colombia están pidiendo papeles a toda persona que vean en la calle. “Están verificando documentos de migrantes y colombianos que pasen a pie, en bus o cualquier vehículo. En este momento quién no tenga documentación que les habilite permanencia los están haciendo regresar a pie”, dijo.
El Gobierno de Colombia ordenó el cierre de la frontera el pasado lunes como una medida para evitar que el COVID-19 siga su rumbo.
En la ruta entre Cúcuta y Bucaramanga, hay dispuestos 12 albergues o casas de paso que atienden al menos, a 300 venezolanos diariamente. La mayoría son manejados por personas particulares, fundaciones, gente ligada a la iglesia y organizaciones internacionales. “Este ha sido un día muy triste, los han tratado como perros, han huido por miedo. Esta gente no se merece eso. Pero aquí seguiremos pendientes a ver qué podemos hacer por ellos”, indicó Martha Duque, encargada de un refugio en Pamplona.
En Colombia, hasta este miércoles, se habían registrado 93 casos de coronavirus, de ellos dos en la ciudad de Cúcuta. El presidente Iván Duque ordenó el cierre de todas las fronteras marítimas y terrestres, sin embargo, la mayoría de las infecciones presentadas en Colombia han sido importadas de países como Italia, España, Estados Unidos y Turquía.
A pesar del cierre fronterizo, viajeros que desean llegar a Colombia pagan hasta cuatro dólares por pasar el río Táchira, punto limítrofe entre San Antonio y Villa del Rosario, del lado colombiano. Efectivos policiales colombianos custodian los predios, sin embargo, las personas han logrado pasar burlando la seguridad. “A todo el que encuentren pasando de forma ilegal lo agarran”, indicó Duque, que atiende en su casa un promedio de 60 personas diariamente. “Los han dejado sin comida, los maltratan y prácticamente se los han llevado secuestrados”, puntualizó.
Los puntos fronterizos de Colombia se mantendrán cerrados, al menos, hasta el 31 de mayo
El Pitazo