Mientras el otoño tiñe de nostalgia los cielos, México se ilumina con el vibrante color naranja del Cempasúchil, dando inicio a la más emotiva de sus celebraciones: el Día de Muertos.
Mientras el otoño tiñe de nostalgia los cielos, México se ilumina con el vibrante color naranja del Cempasúchil, dando inicio a la más emotiva de sus celebraciones: el Día de Muertos. Lejos de ser un luto permanente, esta es una fiesta de reencuentro que comienza con un calendario íntimo de visitas, un tierno puente que une a los vivos con las almas que han partido.
En el inicio espiritual del magno festejo, este 28 de octubre, muchas personas abren las puertas de sus hogares y el espacio más íntimo de los altares para recibir a las almas más vulnerables: aquellas que sufrieron una muerte trágica, inesperada o violenta.
Se cree que estos espíritus, al haber sido arrancados de la vida de forma abrupta, necesitan una luz y un consuelo especial para encontrar la paz y guiar su camino de regreso. Hoy, más que nunca, el amor se convierte en destellos para alcanzar la luz eterna.
Una vela y un vaso de agua son elementos esenciales que esperan con fervor en la ofrenda, son la promesa silenciosa de que aunque su partida fue dolorosa, su recuerdo es un santuario de amor y paz.
Este rito ancestral transforma el dolor en un acto tangible de ternura. Cada elemento colocado en el altar es un bálsamo para el alma inquieta:
- La vela encendida es el símbolo de la esperanza, el calor familiar que disipa la oscuridad de una muerte sin despedida. Además, es motivo de una oración incesante para que el alma encuentre el descanso eterno y pueda ser guiado a la luz divina.
- El vaso de agua es la frescura y el alivio prometido tras un largo viaje. Simboliza la pureza de su recuerdo y el deseo sincero de que se purifique.
- El retrato, es el boleto de regreso más importante. Muchas personas lo utilizan para respetar y recordar la presencia del difunto en el hogar.
- Las flores de Cempasúchil forman un camino de pétalos dorados, guiando a las almas con su aroma intenso.

Días para recordar a los difuntos
La celebración, que culmina el 1 y 2 de noviembre, se extiende en realidad desde finales de octubre, honrando la memoria con profundo amor y orden ancestral:
- Las almas de las mascotas llegan el 27 de octubre, se dice que los espíritus regresan a calmar su sed y recibir el cariño que les espera.
- El 28 de octubre es el día de especial reconocimiento para las almas de quienes sufrieron una muerte trágica o violenta; una vela y un vaso de agua pura les esperan para ofrecer luz y consuelo.
- Mientras que el 29 de octubre, se recuerda a quienes murieron ahogados.
- A las almas solitarias o en el olvido se les recuerda el 30 de octubre, asegurando que nadie se quede sin un rayo de luz.
- El 31 de octubre llegan las almas que se encuentran en el limbo o que nunca fueron bautizadas.
- El Día de Todos los Santos, es el 1 de noviembre y es dedicado a los niños, mejor conocidos como los «angelitos», cuyos altares se llenan de juguetes y dulces.
- Para cerrar la celebración, el 2 de noviembre es el día de los Fieles Difuntos, la tradición asegura que las almas de los adultos visitan sus hogares para deleitarse con sus platillos y bebidas favoritas.
Noticia Al Dia / Arelys Munda
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