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jueves, 24 de abril del 2025
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La «nieve rosa» de la Antártida que tiene preocupado a los científicos

En el silencioso paisaje blanco de la Antártida, un color diferente ha llamado la atención.

La nieve, que antes era completamente blanca, ahora se tiñe de rosa en muchas regiones. El cambio no es solo visual: podría estar relacionado con el derretimiento acelerado del hielo en el planeta.

Este fenómeno es causado por un alga microscópica llamada Chlamydomonas nivalis. A pesar de ser verdes, estas algas producen pigmentos rojizos para protegerse de la radiación ultravioleta y absorber más calor.

El resultado es una coloración rosada en la nieve, que recuerda a los tonos de la sandía. Por eso, el fenómeno también ha recibido apodos como «nieve rosa», «sangre glacial» y «nieve sandía».

Durante el verano antártico, cuando las temperaturas suben y el hielo empieza a derretirse, las algas se multiplican rápidamente. Y ahí es cuando empiezan los problemas.

A medida que crecen, oscurecen la superficie de la nieve, que refleja menos luz solar y absorbe más calor. Este proceso reduce el llamado «albedo» de la nieve.

Menos reflexión, más calor, más fusión

Con un albedo menor, se retiene más calor. Esto acelera el derretimiento del hielo.

Según José Ignacio García, de la Universidad del País Vasco, «la nieve rosa es un fenómeno que parece estar aumentando, quizás debido al aumento de las temperaturas, y tiene consecuencias globales porque altera el albedo de la nieve».

Este efecto crea un ciclo peligroso. El calentamiento global fomenta el crecimiento de algas. Estas oscurecen la nieve y aumentan el calor.

El calor derrite más hielo, creando aún más agua. Esta agua proporciona un entorno ideal para el crecimiento de más algas. Y el ciclo continúa.

En la Antártida, millones de toneladas de nieve se derriten cada verano debido a este proceso. Pero el fenómeno no se limita al Polo Sur. También se ha observado en el Ártico y los Alpes.

Las investigaciones indican que estas algas pueden reducir el albedo hasta en un 13 % durante la temporada de deshielo. Esto contribuye directamente al calentamiento global.

La investigación revela una extensión global

Un estudio reciente de la Universidad Simon Fraser en Canadá analizó imágenes satelitales tomadas entre 2019 y 2022.

Los científicos descubrieron que las algas cubren aproximadamente el 5% de los glaciares en el noroeste de América del Norte.

En algunas zonas, esta cobertura alcanza el 65 %. Los investigadores advierten que el oscurecimiento de la nieve causado por estas algas contribuye directamente al aumento de la radiación solar absorbida, acelerando así el derretimiento.

Este curioso fenómeno no es nuevo. El filósofo Aristóteles ya había registrado la existencia de nieve coloreada hace más de 2300 años.

Sin embargo, fue recién en el siglo XIX que los científicos identificaron a la Chlamydomonas nivalis como la causa de las manchas.

El fenómeno de la nieve rosa; seguimiento y señales de alerta

Hoy en día, la comunidad científica intenta comprender mejor qué está sucediendo. Uno de los proyectos más importantes es ALPALGA, que reúne a biólogos, ecólogos y glaciólogos.

Estudian cómo estas algas viven en condiciones tan extremas y cómo los cambios climáticos afectan su crecimiento.

Además de las algas, otros factores también pueden teñir la nieve. En los Alpes del Sur, durante los veranos de 2019 y 2020, apareció un tono rojizo por otra razón.

Las tormentas en el mar de Tasmania liberaron polvo rojo que se depositó sobre la nieve. Este polvo también redujo el albedo, lo que contribuyó al derretimiento.

La proliferación de algas en la nieve es una señal de alerta. Lo que actualmente parece un fenómeno aislado podría volverse cada vez más común a medida que avanza el cambio climático.

La nieve rosa, que antes llamaba la atención por su color, ahora es motivo de preocupación por sus efectos en el planeta.

Los investigadores continúan monitoreando estos cambios. Los datos más recientes sugieren que comprender la relación entre las algas, la nieve y el clima es clave para predecir el futuro del hielo en las regiones más frías de la Tierra.

Capas de hielo y hielo marino de la Antártida

Muchas partes de la Antártida también están experimentando cambios rápidos, según el artículo del Boletín de la OMM.

El aumento de las temperaturas en la atmósfera y el océano que rodea la Antártida está derritiendo la capa de hielo.

La evidencia citada en los informes del IPCC sugiere que si el aumento de la temperatura global supera los 2 °C a largo plazo, tanto las capas de hielo de Groenlandia como la Antártida podrían alcanzar puntos de inflexión más allá de los cuales su derretimiento se volvería imparable, incluso con reducciones drásticas en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Además del aumento del nivel del mar, el derretimiento de las capas de hielo tiene grandes impactos posteriores, por ejemplo, en la circulación oceánica, las inundaciones costeras y la seguridad alimentaria, lo que exacerba los efectos del cambio climático en las sociedades humanas y el mundo natural.

Ya hay señales de que algunos grandes glaciares de la Antártida han entrado en un estado de retroceso irreversible y los datos de Groenlandia han mostrado un aumento del derretimiento de la superficie.

La extensión del hielo marino antártico alcanzó su valor mensual más bajo en noviembre, un 10% por debajo del promedio, continuando una serie de anomalías negativas históricamente grandes observadas a lo largo de 2023 y 2024.

Lo anterior, es respaldado por el Servicio de Cambio Climático Coopernicus de la Unión Europea y el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de EE. UU.

qpasa

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