La Justicia de los Estados Unidos dio un paso sin precedentes en esclarecer uno de los casos más espeluznantes de la historia de la humanidad, publicando por primera vez la lista oficial de los nombres de las personas que viajaron en algún momento a la isla Little Saint James donde tenía sede la red pedófila de Jeffrey Epstein.
La lista fue elaborada en septiembre del 2019 por la fiscalía durante el juicio que inició el Miami Herald y una de las víctimas, Virginia Giuffre, contra Ghislaine Maxwell, la principal reclutadora de la red y mujer de Epstein.
Si bien se habían filtrado partes de esta lista, basada originalmente en declaraciones de testigos y los registros de vuelo del «Lolita Express», el avión privado de Epstein, este documento estuvo bajo secreto de sumario hasta hace unas semanas.
La Justicia anunció que le quitaría la confidencialidad a algunos de los documentos del juicio, que concluyó el año pasado con la sentencia a Maxwell a 20 años de prisión.
Si bien no hay una fecha estimada para cuando esto ocurrirá, el pasado martes 14 de febrero, un usuario de Twitter, bajo el nombre @DonnaPrissyrn1, publicó un documento que consta de alrededor de 2.000 paginas que recopila cientos de archivos judiciales, que detallan las acusaciones realizadas por los mencionados querellantes, entre ellos, la lista de potenciales clientes.
Entre las acusaciones, se enfatiza principalmente el rol de Maxwell en la red de tráfico, asegurando que en el año 1999, se acercó a la víctima Virginia Guiffre reclutándola como masajista, pero fue llevada a la isla pedófila donde fue sometida por años como prostituta menor de edad.
En su tiempo en la isla, testificó que vio a Epstein, Maxwell y cientos de figuras de alto perfil con decenas de niñas menores de edad. Lamentablemente, la joven que tenía tan solo 14 años cuando fue secuestrada, no conocía a muchas de las personas que vio en la isla, pero sí reconoció a algunos.
El principal apuntado en la declaración de Giuffre es el Príncipe Andrés del Reino Unido, Duque de York, segundo hijo de la recientemente fallecida Isabel II y hermano menor del actual Rey Carlos.
Según Giuffre, Maxwell la coercionó para que tenga relaciones sexuales con Andrés en múltiples ocasiones, cuando tenía 17 años, a cambio de una suma de US$ 15.000 dólares, en repetidas ocasiones a lo largo de ese año.
Entre la evidencia con la que respaldó sus acusaciones, Giuffre presentó una foto con Andrés y Ghislaine Maxwell cuando tenía 17 años, en la isla pedófila donde ella asegura que tuvo relaciones sexuales con el miembro de la familia real británica.
Giuffre era la «chica número 1» de Jeffrey Epstein, y era codiciada por los hombres de mayor poder adquisitivo que pagaban por los servicios del magnate neoyorquino.
En sus declaraciones, asegura que primero conocía a sus violadores cuando era obligada a darles masajes eróticos por una suma de US$ 200 dólares, y si el cliente quería, podía pagar una suma mucho más elevada para violarla. Giuffre testificó que adquirió una adicción al Xanax (alprazolam) con el fin de escapar de la realidad en la que vivía, y que durante los dos años que fue víctima de Epstein, estuvo «la gran parte del tiempo bajo fuertes fármacos».
Según ella, se le permitió abandonar la red de pedofilia cuando cumplió 18 años de edad, y que Maxwell le dijo en la cara que ya era «demasiado grande» para ellos. Si bien otras chicas que estuvieron en la red de trata desaparecieron y nunca más fueron encontradas, Epstein le propuso a Giuffre que «tenga su hijo», pero que firmaría un documento en el cual renunciaba a los derechos del niño y a cambio recibiría una mansión en Palm Beach.
La mujer lo pensó, pero el acuerdo finalmente se cayó cuando, en un último viaje trabajando para Epstein a Tailandia, donde iba a reclutar a un grupo de niñas menores de edad, conoció a Robert Giuffre en un bar, a quien le contó lo que le estaba pasando y juntos decidieron escapar de la red de trata. Posteriormente, se casaron y se fueron a vivir a Australia.
Otro de los grandes implicados en los documentos es el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quien fue identificado por Giuffre en la isla pedófila, en varias oportunidades. «En una de las veces, lo vi teniendo relaciones sexuales con dos compañeras que también eran víctimas de Epstein. Las dos tenían menos de 16 años», declaró la mujer.
Virginia Giuffre detalló que en una ocasión, viajó en el jet privado de Epstein con Bill Clinton, y los actores Kevin Spacey y Chris Tucker, quienes viajaban a dar una conferencia en África para concientizar sobre el SIDA. Según su declaración, Giuffre y otras menores de edad fueron violadas en el vuelo por los tres mencionados.
A partir de los registros de vuelos del «Lolita Express», el avión privado del jefe pedófilo, la Justicia pudo reconstruir una lista de 166 nombres que en alguna oportunidad volaron junto a Epstein. Es importante aclarar que no todos los nombres que aparecen en esta lista viajaron a la isla, o participaron de los servicios de prostitución infantil del financista del Partido Demócrata.
Epstein solía prestar su avión para transportar empresarios, actores, músicos y demás famosos, por lo que no se puede saber quienes de la lista pagaron para mantener relaciones sexuales con menores de edad, quienes solo viajaron por avión pero sabían de los servicios que daba el magnate, y quien viajaron sin saber el trasfondo de su fortuna.
Dentro de estos nombres, se encuentran importantes nombres de la política que sí fueron identificados en la isla, como lo son Joe Biden, Al Gore, Henry Kissinger, Mike Bloomberg y el profesor de derecho de Harvard, Alan Dershowitz, quien durante años intentó desacreditar los avances realizados en la causa y además fue señalado por Giuffre como uno de los principales clientes de la red, habiéndola violado a ella en «incontables ocasiones».
Con respecto al ámbito del entretenimiento, son cientos los nombres que se han identificado por su participación en las actividades llevadas a cabo en la isla Little Saint James, siendo algunos los casos de Alec Baldwin, Bernie Ecclestone, Ralph Fiennes, Dustin Hoffman y Courtney Love, entre otros.
No solo el mundo de la política y el entretenimiento fueron habituales clientes del magnate sexual, sino que también el ámbito de los negocios y las finanzas se encontraron involucrados en el esquema sexual. De acuerdo a los archivos publicados en la pasada semana, Epstein mandó numerosas fotos de mujeres jóvenes a un importante ejecutivo del banco JP Morgan Chase, ofreciéndole la oportunidad de tener relaciones sexuales con ellas a cambio de dinero.
El JP Morgan Chase, donde Epstein albergaba su fortuna, está ampliamente implicado en la red de trata, ya que según algunos denunciantes, los altos ejecutivos, sabían que el dinero del magnate en sus cuentas provenía de la trata de menores.
Esto llevó al gobierno de las Islas Vírgenes a demandar al gigante bancario, aunque la fiscal general de las islas, Denise George, quien aseguró que el banco hizo posible el esquema en el cual a los reclutadores y a las víctimas se les abonaba a través de transferencias bancarias, fue removida de su cargo recientemente después de una visita de Biden al gobernador de las islas.
Denise George había pedido que el banco que se vio beneficiado por el esquema de tráfico sexual entregue sus secretos bancarios de las cuentas de Epstein con el fin de iluminar la situación.
La relación de Epstein con el banco era extremadamente profunda, ya que JP Morgan gestionó alrededor de 55 cuentas bancarias de su propiedad entre los años 1998 y 2013. El jefe de la división de financiamiento privado, Jes Staley, quien luego se convirtió en CEO de Barclays, intercambió con Epstein un total de 1.200 e-mails entre los años 2008 y 2012 en los cuales Epstein enviaba imágenes de jóvenes mujeres.
Cabe recordar que la causa debió avanzar contra Ghislaine Maxwell ya que en el año 2019, Jeffrey Epstein fue encontrado muerto en su celda mientras esperaba que inicie el juicio. La Policía de Nueva York aseguró que fue un suicidio, pero las condiciones de su muerte fueron extremadamente polémicas.
La autopsia concluyó que se suicidó por ahorcamiento con las sábanas de su cama, pero toda la situación alrededor de su muerte generó fuertes sospechas de que no se había quitado su propia vida. Para empezar, las cámaras que apuntaban a su celda 24 horas se rompieron y dejaron de grabar justo en las horas donde se habría suicidado. Según el reporte policial, había 4 cámaras apuntando a su celda, y todas dejaron de grabar al mismo tiempo.
Además, el guardia que lo vigilaba 24 horas faltó ese día a su trabajo, y por alguna razón que la prisión todavía no ha podido explicar, no se asignó ningún reemplazo. Tampoco la persona encargada de llevarle comida lo hizo esa noche.
Por último, las sábanas con las que supuestamente se ahorcó son de una tela preparada especialmente para que no pueda ser utilizada para quitarse la vida, ya que Epstein estaba bajo vigilancia de suicidio.
Si bien nunca se le dio entidad en la justicia a las denuncias de que había sido asesinado, el entonces presidente Donald Trump despidió de su cargo al fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Geoffrey Berman, encargado de procesar a Epstein y velar por su seguridad.
Ahora, Ghislaine Maxwell dio tal vez la confirmación más fuerte que se tiene hasta ahora de que no se suicidó, cargando con una fuerte influencia, siendo ella su ex mujer y principal asociada en la red de pedofilia.
«Creo que fue asesinado», dijo en la serie de entrevistas en la cárcel transmitidas por TalkTV de Gran Bretaña. «Me sorprendió la noticia. Luego me pregunté cómo había sucedido» agregó, y citó un patólogo forense contratado por el hermano de Epstein que tras analizar el caso dijo que la evidencia sugería que había sido asesinado, argumentando que las múltiples fracturas encontradas en su cuello eran «muy inusuales para un suicidio con sábanas».
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Que tristeza que los seres humanos se pervertir de tal manera, que hagan tanto daño a sus propios congéneres, que creyéndose más poderosos que otros, le hagan daño a los más vulnerables. Deben pagar sus crímenes cometidos contra inocentes