La histórica disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo llegó este martes por primera vez a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en unas vistas orales en las que Caracas no participó y Georgetown reclamó al tribunal que se declare competente para juzgar el caso.
El tribunal con sede en La Haya vivió una sesión en la que buena parte de las intervenciones se sucedieron a través de videoconferencias, una medida excepcional tomada en el marco de la pandemia de coronavirus.
Los abogados de Guyana hicieron un recorrido histórico de la controversia y se centraron en su interpretación de dos documentos que han definido las relaciones entre Caracas y Georgetown: el Laudo Arbitral de París de 1899 y el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Respecto al primero, el coagente de Guyana, Shridath Ramphal, dijo que “Venezuela tenía el deseo de que la frontera entre ellos y la colonia británica de Guyana no se dejase a la negociación con el Imperio Británico, sino que se determinase mediante un arbitraje internacional”.
En la resolución del Laudo Arbitral participaron dos jueces británicos, dos estadounidenses y uno ruso y se decidió que la Guayana Esequiba, que formaba parte de la provincia española dependiente de la Capitanía General de Venezuela, debía pertenecer al Imperio Británico.
Caracas no desafió lo resuelto por el tribunal de arbitraje hasta 1962, cuando escribió una carta a Naciones Unidas en la que se refirió al asunto de la frontera como “una larga controversia”, explicó el abogado de Guyana Payam Akhavan.
“Reclamaron por primera vez que no podían reconocer el Laudo Arbitral de 1899 porque era supuestamente una transacción política anglorrusa llevada a cabo a espaldas de Venezuela por el presidente del tribunal ruso, que habría actuado en colusión con los dos árbitros británicos”, indicó el letrado.
En 1966, el Reino Unido y Venezuela firmaron el Acuerdo de Ginebra para resolver la controversia y la República de Guyana, que se independizó meses después, heredó esa resolución.
Las dos partes decidieron dos décadas después acudir a la ONU, que en 1989 aceptó intermediar manteniendo el Acuerdo de Ginebra como marco para la resolución del conflicto.
Según el abogado de Guyana Paul Reichler, dicho acuerdo le daba a la ONU la potestad de “enviar la disputa a la CIJ”, algo que sucedió en enero de 2018, cuando el secretario general de Naciones Unidas Antonio Guterres recomendó llevar el caso al tribunal con sede en La Haya.
“Guyana tiene la esperanza de que la CIJ asuma lo indicado por el Secretario General de la ONU”, dijo otro de los letrados de Guyana, Philippe Sands.
Para Venezuela, esta interpretación del Acuerdo de Ginebra no se ajusta a Derecho porque sería necesario el consentimiento de ambas partes para que la CIJ ejerza su jurisdicción, según un memorándum entregado al tribunal en 2018 que el canciller venezolano Jorge Arreaza hizo público este martes.
Para Caracas, la disputa debe resolverse de forma bilateral en el marco del Acuerdo de Ginebra, sin la intervención de la CIJ.
Al final de las vistas orales, el juez Mohammed Bennouna le preguntó a Guyana si se han agotado “todos los medios pacíficos posibles” para que ambos países resuelvan la disputa sin acudir a la CIJ.
Georgetown tiene hasta el 6 de julio para responder a la cuestión por escrito y los jueces, tras deliberar, comunicarán en las próximas semanas o meses si se declaran competentes para juzgar el caso.
La controversia por el Esequibo se ha agudizado después de que la compañía estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en las aguas de la zona en litigio, sobre las cuales Guyana ejerce actualmente su soberanía.
“Guyana está actuando para satisfacer intereses de transnacionales petroleras, dirigidas directamente por la Exxon Mobil”, dijo recientemente la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez.
EFE