La defensa de Jair Bolsonaro solicitó este viernes a la Corte Suprema de Brasil que el ex presidente cumpla la condena de 27 años y 3 meses de cárcel por golpismo bajo régimen de prisión domiciliaria por motivos de salud. Los abogados presentaron la petición ante el juez Alexandre de Moraes, encargado del caso, en el que el exmandatario fue hallado culpable de “liderar” una trama para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva tras los comicios de 2022.
El líder ultraderechista, de 70 años, se encuentra bajo arresto domiciliario en su residencia de Brasilia desde el 4 de agosto, tras incumplir una serie de medidas cautelares. La condena fue impuesta por la Primera Sala del Supremo el pasado 11 de septiembre, que determinó que Bolsonaro intentó “perpetuarse en el poder” con ayuda de antiguos ministros y mandos militares.
Según el texto remitido a la corte, la defensa planteó que “la alteración de la prisión domiciliaria tendrá graves consecuencias y representa un riesgo de vida” para el ex presidente, respaldándose en un cuadro clínico “gravemente debilitado”. Detallaron que, desde el decreto de su arresto en casa, Bolsonaro acudió tres veces al hospital: en dos ocasiones para someterse a pruebas y una por emergencia médica, situación derivada de las secuelas de la puñalada recibida en 2018 durante la campaña electoral y de complicaciones posteriores.
Uno de sus hijos, el concejal de Río de Janeiro Carlos Bolsonaro, relató en redes sociales que su padre “cuando está despierto, vomita constantemente” y padece crisis de hipo durante el sueño, atribuyendo estos episodios a la herida sufrida años atrás y las subsiguientes cirugías. Además, recientemente le fueron retiradas ocho lesiones en la piel, de las cuales dos presentaron diagnóstico positivo de cáncer cutáneo en estadio temprano. Esto obliga al ex mandatario a someterse a evaluaciones médicas periódicas.
La defensa subrayó en el documento obtenido por la AFP que el caso constituye una situación “excepcional” de carácter humanitario, por lo que solicitaron que Bolsonaro permanezca recluido en su vivienda de Brasilia con monitoreo electrónico y bajo las restricciones que determine la autoridad judicial. Cuestionaron también que el complejo penitenciario de Papuda en la capital brasileña reúna las condiciones sanitarias necesarias para el tratamiento médico requerido.
El equipo legal anticipó la intención de presentar nuevos recursos para apelar la sentencia y denunció supuestas “profundas injusticias” y “contradicciones” en el fallo, además de solicitar la reducción de la pena. Los jueces de la Primera Sala rechazaron la apelación en voto unánime la semana pasada, desestimando la existencia de “cercenamiento de defensa” y recordando que la avanzada edad del condenado ya había sido considerada como atenuante.
“El fallo fundamentó todas las etapas del cálculo de la pena”, afirmó el juez De Moraes en su pronunciamiento. Se espera que en los próximos días el magistrado decrete la ejecución de la condena, a la espera del posible traslado de Bolsonaro a prisión, mientras la defensa insiste en que el exmandatario cumpla su pena en el ámbito domiciliario por cuestiones de salud.
(Con información de AFP y EFE)
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