Una compañía liderada por una madre y un hijo israelíes ha desarrollado una tecnología que podría sustituir a la insulina en inyecciones de los diabéticos. Sería a travésde una píldora que la manda directamente al hígado, lo que evitaría también el aumento de peso.
La insulina oral, desarrollada inicialmente por la bioquímica Miriam Kidron en el centro médico Hadasa, de Jerusalén, y concluida en la compañía Oramed, fundada por su hijo, Nadav Kidron, comienza ahora su última fase de pruebas clínicas.
Aspira a ser la primera en introducirse en el mercado internacional.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos la está sometiendo a la tercera prueba clínica, tras 14 años de desarrollo.
Si todo sale bien, las personas con diabetes tipo 2 podrían empezar a tomar las píldoras en unos 3 años, y tras más ensayos, lo podrían hacer también los diabéticos con tipo 1.
«La diabetes es la pandemia número uno en el mundo, con 500 millones de personas que la padecen», dijo Roy Eldor, director de la unidad de diabetes del centro médico Sourasky.
«Y desde el día en que los diabéticos empezaron a inyectarse insulina, los especialistas trataron de averiguar cómo meter insulina en una píldora», agregó.
La diabetes es una de las principales causas de muerte y discapacidad en Estados Unidos y es la quinta causa de muerte entre hispanos y latinos en el país.
Las personas con diabetes tienen, además, riesgo de padecer otras enfermedades, como coronarias, ceguera, problemas renales o vasculares, llevando a amputaciones.
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