El huracán Ian, cuyo impacto en Florida es inminente, ya provoca condiciones «catastróficas» con fuertes vientos, marejadas e inundaciones en este estado del sureste de Estados Unidos, dijo el miércoles el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Tras su pasaje por Cuba el martes, donde dejó dos muertos y un apagón generalizado, Ian, de categoría 4 en la escala de 5 de Saffir-Simpson, ostenta vientos sostenidos de 250 km/h y ráfagas más fuertes.
Se espera que impacte en la tarde en la costa oeste de Florida, que se desplace tierra adentro antes de volver a salir al mar la noche jueves, según el pronóstico. También podría afectar a los estados Georgia y Carolina del Sur.
El meteoro ya «causa marejadas ciclónicas catastróficas, vientos e inundaciones en la península de Florida», dijo NHC en su boletín de las 18H00 GMT.
Se esperan precipitaciones de entre 300 y 450 mm en el centro y noreste de la península, y de hasta 600 mm en algunos lugares, dijo el NHC.
«Esta es una tormenta de la que hablaremos durante muchos años», dijo el director del Servicio Nacional de meteorología (NWS), Ken Graham, en conferencia de prensa.
«Es una gran tormenta», indicó por su lado el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y advirtió que Ian podría tocar tierra como huracán de categoría 5.
«Claramente, este es un huracán muy poderoso que tendrá consecuencias de largo alcance», afirmó.
«Efectos históricos y catastróficos»
Las autoridades se están preparando «para los efectos históricos y catastróficos que ya estamos empezando a ver», subrayó Deanne Crisswell, director de la agencia federal de gestión de desastres FEMA.
Joe Biden ya aprobó ayuda federal de emergencia para 24 de los 67 condados de Florida.
En Port Charlotte, ciudad de unos 64.000 habitantes, decenas de automovilistas recorren las calles pese a la intensidad de la lluvia y el vientos, además del hecho de que todos los comercios están cerrados. Un hombre paseaba incluso en bicicleta.
En Punta Gorda, al otro lado de un puente sobre el río Peace, varias personas tomaban fotos del temporal. En una parte de este río, el agua se retiró hacia el cercano estuario del puerto de Charlotte y varios barcos pequeños reposan sobre la tierra firme.
El cielo se volvía gris a medida que se acercaba Ian, descargando un intenso aguacero acompañado del silbido de los vientos huracanados.
Las calles, por las que todavía caminaban algunas personas a mediodía, se vaciaron de repente, mientras el viento arrancaba ramas de palmeras y sacudía postes eléctricos. Las alarmas de varios edificios se dispararon ante los embates del huracán, cuyo ojo se encontraba a unos 45 km al suroeste de Punta Gorda.
Fuente: quepasa
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