El estrés y las emociones intensas no solo afectan la salud mental, sino que también tienen un impacto directo en el envejecimiento de la piel y la aparición de arrugas, alertan especialistas y estudios recientes.
El cuerpo responde al estrés produciendo mayores niveles de cortisol, conocida como la «hormona del estrés». Cuando el cortisol permanece elevado durante períodos prolongados, daña la producción de colágeno y elastina, dos proteínas fundamentales para la firmeza y elasticidad de la piel.

Esto provoca pérdida de firmeza, flacidez y envejecimiento cutáneo acelerado. Además, la tensión muscular constante ocasionada por el estrés favorece la aparición de líneas de expresión, especialmente en áreas como la frente y el entrecejo, donde la piel se pliega repetidamente.
Las emociones negativas como la tristeza e irritación pueden aumentar estos efectos, provocando más arrugas, pérdida de luminosidad y elasticidad en la piel. Por el contrario, emociones positivas como la felicidad contribuyen a la liberación de neurotransmisores como dopamina y serotonina, que influyen en una piel más radiante y ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro (Agrado Cosmetic, 2023).
Investigaciones dermatológicas han demostrado que hasta el 80% de las enfermedades de la piel tienen un origen psicosomático, es decir, están asociadas a factores psicológicos. Por esta razón, cuidar la salud mental es también proteger la salud física de la piel (Dr. Fernández Álvarez, citado en Agrado Cosmetic, 2023).
Como estrategia para combatir estos efectos, se recomiendan rutinas de cuidado facial que incluyan limpieza, hidratación con ácido hialurónico y antioxidantes, y protección solar diaria. También es importante el control del estrés mediante técnicas como mindfulness, ejercicio regular y sueño reparador, que contribuyen a reducir los niveles de cortisol y mejorar la calidad de la piel.
Andrea Barrueta/Pasante
Noticia al Día
Recuerda seguirnos en nuestra NUEVA CUENTA INSTAGRAM , TIKTOK Y WHATSAPP
