Este domingo se realizó en el Vaticano la acostumbrada bendición dominical por el papa León XIV, donde aprovechó la oportunidad para pedir el fin de «la pandemia de armas grandes y pequeñas»,
Desde el balcón donde se oficia la misa en plaza de San Pedro, señaló que las armas alimentan las guerras e infectan al mundo, generando sufrimiento desproporcionado.
Entre tanto, sostuvo que mantiene en oraciones a los innumerables niños y personas asesinadas y heridas cada día en todo el mundo.
“La voz de las armas debe ser silenciada, mientras que la voz de la fraternidad y la justicia debe alzarse”, exhortó el sumo pontífice.
Finalmente, denunció la expansión del comercio internacional de armamentos, cuyo valor anual supera los 100 mil millones de dólares, de acuerdo con reportes del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
León había comenzado su exhortación el domingo exigiendo un alto el fuego inmediato en Ucrania y un “compromiso serio con el diálogo” por parte de los bandos en conflicto.
“Es hora de que los responsables renuncien a la lógica de las armas y tomen el camino de las negociaciones y la paz, con el apoyo de la comunidad internacional”, dijo. “La voz de las armas debe ser silenciada, mientras que la voz de la fraternidad y la justicia debe alzarse”.
NAM/UN
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