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sábado, 23 de noviembre del 2024
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El lado más íntimo de la actriz porno venezolana Antonella Alonso, “La Sirena 69”

Es sobrina de María Conchita Alonso, tiene pocos amigos y está soltera, pues asegura que sus relaciones no han sido estables ya que se aburre muy rápido

“Siempre me ha llamado mucho la atención el amor y el sexo. Siempre me han atraído muchísimo los hombres. Si me gusta mucho alguien, necesito tener sexo con esa persona. Sin embargo, perdí la virginidad tarde”, es así como inicia la entrevista Antonella Alonso “La Sirena 69”. Asegura que comenzó a grabar contenido sexual a los 27, pero porno duro, a los 28. Va a cumplir 30 y por ahora no piensa regresar a Venezuela.

Antonella  Alonso es la actriz venezolana más conocida en la actualidad. La más controvertida. La más deseada, a juzgar por la temperatura de los comentarios de sus seguidores en las redes sociales, donde es conocida como @LaSirena69_. Y, probablemente, la más franca: No oculta nada. Puede afirmarse que esta sirena no tiene siquiera una escama plateada que cubra su intimidad, y tampoco se muestra inhibida al hablar de sus profundidades internas.

Estudió Comunicación Social y luego Publicidad, hizo radio en Caracas, hasta que hace cinco años se sumó a la diáspora y se fue a Miami. Los constantes despidos laborales le dieron el estímulo que necesitaba para dedicarse a su actual profesión: la pornografía.

Antonella inicia su día común y corriente, y con la luz del Sol sus pastillas de suplementos alimenticios naturales. Asegura ser hipocondriaca y que no se le ocurrió que, haciendo porno, tendría tantas infecciones. “Por eso tomo montones de cosas como prevención. Pero me siguen ocurriendo cosas, de pronto amanezco con un morado. El porno es como hacer un deporte violento, exiges mucho al cuerpo y puedes salir magullada. Gente que tiene tiempo en la industria me recomendó reforzar mi sistema inmunológico. También me afecta mucho el clima. La mayoría de las casas donde filmamos no tienen calefacción. Y yo estoy desnuda muchas horas, me da mucho frío”, dijo La Sirena a La Gran Aldea.

Precisó que su comida del día depende de la grabación de la jornada, de con quién tendrá que actuar y cuanto durará. Un café a veces basta para aguantar horas de grabación, pues mostrar su figura es lo principal. “Me tomo un café negro y ya. En el set tampoco como, para no sentir náuseas a la hora de trabajar, porque tienes que hacer movimientos y meterte cosas en la boca. Y cuando me toca anal, como ayer, estoy más de 15 horas sin comer. Si me toca un girl-girl -sexo con una mujer-, es más suave. No hay que hacer cosas tan locas. Entonces, sí desayuno algo ligero, pero por lo general trato de no comer. Las grabaciones son como un día de oficina, al terminar me voy a mi casa”, dijo.

Ella está radicada en California, paisajes que le recuerdan mucho a Caracas -por la montaña y mar- adonde a veces acude con sus pocos amigos, ya que no tiene pareja, pues reveló que se aburre muy rápido. “Pareja no tengo. Es demasiado complicado. Soy una persona demasiado sexual. Tengo muchos amores, pero pasajeros. He tenido muy pocas relaciones estables en mi vida. Que si tres, porque me aburro muy fácil. Sí, por eso no me gusta enredarme en algo serio, porque no quiero estar demasiado tiempo fiel. Siempre he sido la que termina, porque me aburro. Necesito algo diferente. Y nunca me ha tocado una persona que me entienda… que quiera hacer algo diferente… tríos, algo así. Sí, me enamoro, pero no por eso dejo de querer cosas nuevas. Una relación la terminé por sus celos.”, dijo.

Ella develó el secreto a voces del porno, y es que no todo es fingido y que al igual que pasa en las telenovelas, aquí también se puede enamorar. “A mí me ha tocado trabajar con gente que me gusta y, de verdad, siento lo que actúo. Donde se finge mucho es en las producciones lésbicas. Es muy fake, muy de mentira. Muchas de las actrices del porno lésbico sólo trabajan con mujeres, porque, en realidad, no les gusta el sexo. Lo hacen por dinero y ya. Pero cuando trabajas con alguien a quien sí le gusta el sexo, la escena va a quedar buenísima porque de verdad lo sientes. La parte actuada, la de hablar y crear una situación, me sale muy mal, porque no soy, no me interesa. Pero ya cuando viene el sexo, me sale natural”, reveló.

Sobre su tía, la actriz María Conchita Alonso, dijo que nunca ha tenido una relación cercana. No le ha dicho nada malo ni nada bueno. Agregó que como actriz porno, tiene derecho a tener tu lista negra. Le puede decir a tu mánager que no quiere trabajar con tal persona. “Antes de grabar, te graban con tus documentos de identidad en las manos y te preguntan si estás bajo efectos del alcohol o alguna otra sustancia. Al terminar, te filman preguntándote si alguien te violó, si fuiste forzada. A veces, antes de grabar, te consultan si hay cosas que no te gusta que te hagan. A mí no me gusta que me metan los dedos. Tócame el clítoris y ya, pero no me metas los dedos. Tampoco me gusta que me aprieten mucho los senos, porque no quiero que me estropeen la operación”, aseveró.

Confesó que trata de no planificar mucho el futuro. Hace terapia psicoanalítica y ha llegado a la conclusión de que la mayoría de sus problemas vienen de pensar demasiado en lo que puede pasar. “Fui a terapia porque soy ansiosa. Hace un año me empezaron a dar ataques de pánico. Ya no me dan, pero todavía tengo ansiedad. Pero, en fin, me veo… me da miedo… haciendo stand up comedy relacionado con sexo. En diez años tendré las suficientes anécdotas sexuales para hacer eso. De hecho, dentro de poco voy a retomar mi canal de YouTube y voy a hacer videos de mi cotidianidad. ‘Hoy grabé un anal, me pasó tal cosa…’. Cosas de mi vida diaria”, sumó La Sirena 69, en un trabajo publicado por La Gran Aldea.

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