Las autoridades de Jiangning, en China, detuvieron a un hombre de 38 años, al que identificaron nada más como “Jiao”, en el epicentro de uno de los escándalos más impactantes de China: el caso de «Sister Hong».
Este hombre, que usaba el apodo de “Sister Hong” o «Hermana Hong», se disfrazaba de mujer y pactó con más de 1.600 hombres a través de una aplicación de citas para tener sexo a cambio de pequeños regalos, como comida o un artefacto para el hogar.
Además, grababa los encuentros de manera secreta y luego los vendía en un sitio especializado, donde cobraba suscripciones mensuales de 21 dólares.
El caso, que se destapó tras un operativo policial, generó una tormenta de reacciones en redes sociales y debates sobre la privacidad, la moralidad y la salud pública, esto último después de que se rumorara que el hombre padece una enfermedad de transmisión sexual.
Jiao, quien operaba bajo la identidad de una mujer divorciada en busca de amor, utilizaba redes como WeChat y Momo, empleando pelucas, implantes de silicona y una voz entrenada para engañar a sus víctimas.
En lugar de cobrar dinero, exigía regalos como aceite de maní, frutas o electrodomésticos pequeños, lo que le ayudó a crear una fachada de relación genuina.
Los videos, recuperados junto con seis teléfonos y un cuaderno con los nombres de las víctimas, eran distribuidos en grupos privados a 150 yuanes (21 dólares) por membresía.
¿»Sister Hong» tiene VIH?
Rumores sobre transmisión de VIH, incluyendo tres casos confirmados (Jiao y dos víctimas), han generado pánico, aunque no hay verificación oficial. La sociedad china, tradicionalmente conservadora, ha oscilado entre shock, burla y preocupación por las ETS, mientras el caso inspira memes, filtros de realidad aumentada y tutoriales de moda en plataformas globales como Instagram.
Las autoridades han lanzado una línea directa para identificar víctimas y evalúan cargos por producción de material obsceno y fraude.
NAM/Al Navio
Recuerda seguirnos en nuestra NUEVA CUENTA INSTAGRAM , TIKTOK Y WHATSAPP