La Casa Blanca está siguiendo con escepticismo la recta final de las elecciones en Venezuela, y varios funcionarios tanto del ejecutivo como de la diplomacia norteamericana preparan volver a aplicar sanciones y sumar a los presidentes de Brasil, Colombia y México a una campaña de presión máxima para aislar todavía más al presidente Nicolás Maduro. «Esta es una administración engañada por su propia torpeza y su buena fe», dijo para ABC una fuente conocedora de los planes de contingencia que se discuten en la Casa Blanca, «y eso la hace muy precavida, desde luego no cree que las elecciones del domingo puedan ser libres, porque el oficialismo ya ha impedido que las condiciones sean libres».
Con información de ABC de España
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