El Gobierno de Donald Trump ha designado este martes al Clan de Golfo, de Colombia, como organización terrorista, una medida que ya ha tomado con varios cárteles y bandas criminales de México y de Venezuela desde el regreso al poder del multimillonario neoyorquino. La decisión de EE.UU. impacta de lleno en las negociaciones de paz que mantiene en la actualidad el presidente del país, Gustavo Petro, con los líderes del Clan de Golfo.
El Clan del Golfo es el mayor grupo armado de Colombia y se le considera también la mayor organización de narcotráfico del país. Controla territorios en el norte de Colombia, en las inmediaciones de la frontera con Panamá, donde, además del narcotráfico, tiene mucha presencia en el tráfico de emigrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién rumbo norte, hacia EE.UU. El grupo tiene otras denominaciones, como Ejército Gaitanista de Colombia, Clan Úsuga o Los Urabeños.
La designación fue adoptada a la vez por el Departamento del Tesoro y por el Departamento de Estado. El responsable de este último, el secretario de Estado, Marco Rubio, defendió que el Clan del Golfo es una «organización criminal violenta y poderosa, con miles de miembros».
«Su principal fuente de ingresos es el tráfico de cocaína, que utiliza para financiar sus actividades violentas», añadió. «El Clan del Golfo es responsable de ataques terroristas contra autoridades, fuerzas de seguridad, personal militar y civiles en Colombia».
La designación abre un nuevo capítulo en las relaciones entre EE.UU. y Colombia, que ha dejado de ser un aliado clave de Washington en Suramérica. La Administración Trump ha sancionado a Petro, al que el presidente estadounidense ha acusado de ser un «líder del narcotráfico», y a su círculo íntimo y ha cortado su alianza en la lucha contra la droga.
Poco después de llegar al poder, Trump ya designó como organizaciones terroristas a varios cárteles de la droga de México y de Venezuela, así como a bandas criminales que también tienen que ver con el tráfico ilícito. En febrero, el Departamento de Estado clasificó como Organizaciones Terroristas Extranjeras y Terroristas Globales con Designación Especial a siete cárteles mexicanos -cártel de Sinaloa, cártel de Jalisco, cártel del Noreste, Nueva Familia Michoacana, cártel del Golfo y Cárteles Unidos-, además de dos bandas criminales: la venezolana Tren de Aragua y Mara Salvatrucha, con origen en El Salvador.
Justificación legal
Esas designaciones están dentro de la justificación legal que la Administración Trump hace de la campaña de ataques contra narcolanchas que emprendió en septiembre y que ha servido para hacer presión al dictador venezolano, Nicolás Maduro, para que deje el poder.
Trump lleva semanas amagando con llevar esas operaciones -hasta ahora en aguas internacionales- a objetivos terrestres y las amenazas también han sido directas a Petro: «Él puede ser el siguiente», dijo Trump hace unos días sobre el presidente colombiano.
La designación podría justificar eventuales campañas militares de EE.UU. contra el Clan del Golfo. Pero, aunque eso no se produzca, la decisión ya supone un impacto en la agitada situación política en Colombia.
Petro lleva meses tratando de llegar a un acuerdo de paz con el Clan del Golfo y la designación ocurre mientras ambas partes celebran conversaciones en Qatar. Petro, un exguerrillero izquierdista que ha hecho de la búsqueda de lo que denomina ‘paz total’ su bandera política, había llegado a un principio de entendimiento con el grupo armado. Eso incluía condiciones para el ingreso en prisión de algunos de sus líderes, un plan piloto para la sustitución de cultivos de coca, la renuncia al reclutamiento de niños, el establecimiento de zonas de reubicación de los terroristas…
Los tentáculos del Clan del Golfo han llegado hasta España, donde la Guardia Civil desmanteló en octubre una red internacional de lavado de activos
En esa negociación en Qatar ha participado el Gobierno de España, que ha mandado una representación a las conversaciones, como también han hecho Noruega y Suiza. La presencia del Gobierno de Pedro Sánchez tiene que ver con su buena relación con Petro. Pero, además, los tentáculos del Clan del Golfo han llegado hasta España, donde la Guardia Civil desmanteló en octubre una red internacional de lavado de activos vinculada con esta organización.
«EE.UU. seguirá utilizando todas las herramientas a su disposición para proteger a nuestra nación y parar las campañas de violencia y terror cometidas por cárteles internacionales y organizaciones criminales transnacionales», insistió Rubio, bajo cuyo liderato la diplomacia estadounidense prioriza los intereses de EE.UU. en el continente americano. «Estamos comprometidos con parar la financiación y los recursos a esos terroristas».
La designación del Clan del Golfo impacta de lleno en esas negociaciones: las sanciones podrían cambiar los cálculos de los líderes de la organización criminal, el margen de maniobra legal y político para la negociación de acuerdos se verá estrechado y la participación de EE.UU. -desde el reconocimiento de acuerdos a las consecuencias legales y judiciales en la primera potencia mundial- se verá afectada.
abc
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