París Saint-Germain e Inter de Milán se miden este sábado en una final inédita de Champions League que, más allá de definir al rey de Europa, parece saldar cuentas personales, colectivas y hasta simbólicas. En la esquina parisina, Luis Enrique llega con la convicción de haber encontrado por fin un equipo a su medida. En la italiana, Simone Inzaghi se presenta como un alquimista moderno, capaz de transformar hierro en oro a base de disciplina, carácter y un estilo sin pretensiones.
En lo futbolístico, los caminos hacia el Allianz Arena no pudieron ser más distintos. El PSG fue de menos a más, coqueteando con la eliminación en fase de grupos, cayendo ante gigantes como Arsenal y Bayern, y forzado a remontar un 0-2 ante el City para seguir respirando. Desde entonces, no volvió a mirar atrás: barrió a Stade Brestois, sacó del camino al Liverpool y eliminó al Arsenal en semifinales. Todo mientras aseguraba su cuarto título consecutivo en la Ligue 1 y la Copa de Francia, completando un doblete doméstico que sabe a poco si no se corona con “la Orejona”.
Inter, en cambio, vivió una fase de grupos tranquila. Recibió un solo gol en todo el tramo inicial. Y aunque su temporada doméstica fue menos brillante (cediendo el Scudetto a Napoli y quedando fuera de la Copa Italia), su fútbol fue sólido y quirúrgico en la Champions. En semifinales, resistió el vendaval del Barcelona y la magia de Lamine Yamal con una remontada heroica liderada por dos sorpresas: Acerbi y Frattesi. Fue el golpe sobre la mesa de un equipo que, lejos del ruido, sigue construyendo identidad y ambición.
Tanto Luis Enrique como Inzaghi saben lo que significa pelear contra las expectativas. El primero asumió la dirección técnica del PSG con la misión clara de ganar la Champions, pero cargando con el peso de figuras que no encajaban en su idea. La salida de Mbappé fue su liberación táctica, permitiéndole armar un equipo que responde a funciones y no a nombres. Ousmane Dembélé y Kvicha Kvaratskhelia se convirtieron en piezas clave, mientras figuras como Barcola y Doué explotaron al fin. Hakimi, Donnarumma, Marquinhos y Vitinha, por su parte, aportaron experiencia, equilibrio y una recuperación vertiginosa que ha sido el sello del PSG en este 2025.
Inzaghi, por su parte, tuvo que reinventarse sin recursos. La crisis financiera del Inter tras la caída del grupo Suning dejó al técnico sin fichajes de peso. Aun así, sostuvo la estructura campeona del 2024 y apostó por la experiencia de jugadores como Mkhitaryan y Acerbi. Con Lautaro Martínez como estandarte ofensivo y una defensa que ha sido de las más sólidas del torneo, el técnico italiano ha demostrado que se puede competir con inteligencia, incluso contra planteles mucho más poderosos.
Este sábado en Múnich, ambos técnicos pondrán a prueba no solo su capacidad táctica, sino la resiliencia de sus proyectos. Será también un duelo entre filosofías: la intensidad estructurada de Luis Enrique contra la solidez artesanal de Inzaghi. La historia suma otro elemento picante: cada vez que la Champions se ha definido en Múnich, el ganador ha sido un debutante en levantar el trofeo. ¿Será el PSG el próximo en unirse a esa lista?
El pitazo inicial está marcado para las 3:00 p.m., hora de Venezuela, y de ser necesario, habrá prórroga y penales. Lo podrás disfrutar a través de ESPN.
NAM
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