A mediodía de hoy, el Gobierno local anunció que podrían regresar de forma escalonada. Sin embargo, las secuelas del desastre son evidentes: cenizas cubren las calles y los daños estructurales son generalizados.
El fuego que comenzó alrededor de las 7:45 horas de anoche en Tres Cantos, Madrid, ha devastado más de 1.000 hectáreas, llevando a la evacuación de vecinos y dejando un saldo de 106 personas que han tenido que pasar la noche en el Centro Deportivo Enrique Más.
Las llamas se propagaron rápidamente hacia la urbanización Soto de Viñuelas, obligando a los residentes a abandonar sus hogares.
A mediodía de hoy, el Gobierno local anunció que podrían regresar de forma escalonada. Sin embargo, las secuelas del desastre son evidentes: cenizas cubren las calles y los daños estructurales son generalizados, reportó el diario El Mundo.
En la calle Navacerrada, una de las más afectadas, se observan cables de alta tensión colgando y contadores eléctricos calcinados. Adela, residente de la zona, compartió su dolor al ver la destrucción de su vivienda.
«Nos dijeron que había cuatro casas afectadas en nuestra calle, y la mía era una de ellas. No pensé que fuese tan grave… no ha quedado ni la puerta», comentó entre lágrimas.
Junto a su casa, los árboles parecen estacas carbonizadas y el mobiliario del porche ha quedado irreconocible.
Adela explicó que cuando comenzaron a escuchar el crujir del viento, pensaron que era polvo, hasta que el humo y las llamas aparecieron. «Intentamos salvar lo que pudimos, pero fue todo muy rápido», recordó.
Jesús Canuto, quien recibió la noticia de que su hogar estaba ardiendo mientras se encontraba en Madrid, relató la surrealista experiencia de ver la devastación.
«El césped de la piscina ha desaparecido y la fachada está calcinada», comentó, añadiendo que su vehículo también resultó dañado. «La carrocería está gravemente afectada. Ahora solo queda esperar a ver qué dice el seguro», dijo.
Las condiciones climáticas no ayudan: fuertes rachas de viento han causado pequeñas reactivaciones del fuego. Esto ha requerido un constante despliegue de efectivos de emergencias, quienes trabajan para controlar nuevos focos y prevenir que las llamas reaviven.
El Centro Deportivo Enrique Más alberga a familias, personas mayores y mascotas desplazadas. Una mujer coreana expresó su alivio por no estar en casa al momento del incendio, mientras que su hijo pequeño, Leo, relató cómo otros vecinos le informaron que debía evacuar.
«He dormido en casa de unos amigos de mi padre y ahora estamos en la biblioteca esperando para entrar en casa», comentó.
Manuel, otro residente de Soto de Viñuelas, describió la sorpresa con la que el viento se llevó las llamas hacia su hogar. Su madre, que ha vivido más de 30 años en la zona, se mostró preocupada. «Nos dijeron que nuestras casas no estarían afectadas, pero ver todo esto sin nada es muy duro», afirmó.
Las autoridades instan a la población a mantenerse alerta y brindar apoyo a los afectados por esta tragedia, mientras esperan la respuesta del gobierno local y la comunidad.
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