Santo Domingo, 10 de abril de 2025 — Con un emotivo homenaje cargado de simbolismo y afecto, fue despedido este miércoles el cantante Rubby Pérez, leyenda del merengue dominicano, quien falleció en la madrugada del 8 de abril tras un trágico incidente ocurrido en el centro de entretenimiento Jet Set.
Durante las exequias, el ataúd de Pérez fue cubierto con las banderas de la República Dominicana y de Venezuela, países que marcaron profundamente su vida y carrera. Este gesto rindió tributo al amor que el artista siempre expresó por la nación venezolana, a la que consideraba su segunda patria. “Siempre se identificó como un venezolano más”, señalaron allegados y fanáticos que asistieron a la ceremonia.
Rubby Pérez, conocido por su inconfundible voz y su trayectoria junto a la orquesta de Wilfrido Vargas, mantuvo durante décadas una relación cercana con Venezuela, donde fue ampliamente aclamado y querido. Su último concierto, pocas horas antes de su fallecimiento, fue precisamente una presentación dedicada al público venezolano. “Murió cantándole a Venezuela”, comentaron entre lágrimas algunos asistentes.
Wilfrido Vargas, quien lo consideró su “primer hijo musical”, le rindió tributo con un emotivo comunicado en el que destacó su legado, su pasión y su carácter indomable. “Rubby no solo fue un cantante; fue un símbolo de coraje, pasión y excelencia artística”, escribió Vargas.
La despedida de Rubby Pérez se convirtió en una manifestación de amor binacional, uniendo a dos pueblos que lo adoptaron como propio. Su música, su carisma y su entrega seguirán vivos en cada escenario, en cada nota, en cada corazón que tocó.
Rubby Pérez deja un legado imborrable en la historia del merengue y en el alma del Caribe.