Las organizaciones criminales que se dedican a estas actividades manejan un promedio de 7.800 millones de dólares de ganancias al año
La migración venezolana se ha convertido en un gran negocio para las organizaciones criminales que hacen vida en la Selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia. Pero también se ha convertido en un gran negocio para organizaciones criminales que operan en el archipiélago de San Andrés, Colombia, y en la Isla del Maíz (Corn Island) Nicaragua.
Así lo expone la organización no gubernamental Migrantes Venezolanos Desaparecidos (MIVED).
La investigación desarrollada por MIVED, entre noviembre de 2023 y junio de 2024, determinó que las organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilegal
de migrantes que opera entre San Andrés (Colombia) y Corn Island (Nicaragua) maneja entre 7 y 8 millones de dólares al año.
Esta determinó que cada semana salen en promedio desde San Andrés (Colombia) hacia Corn Island (Nicaragua) entre 4 y 5 lanchas. Son lanchas artesanales, utilizadas para la pesca, que son adaptadas para llevar
pasajeros (migrantes) hacia Centroamérica.
Las lanchas tienen capacidad para entre 20 y 30 personas. En
algunas ocasiones, como ocurrió con la lancha IAS-II que desapareció el 21 de octubre de 2023, los lancheros superan la capacidad de la embarcación y transportan hasta 40 pasajeros.
En promedio, un migrante cancela entre 1.000 y 1.500 dólares americanos por el viaje entre San Andrés y Corn Island. Este precio funciona solo para migrantes venezolanos, colombianos o ecuatorianos. Cuando se trata de migrantes chinos, sirios o de otras nacionalidades, el costo del pasaje aumenta hasta a 5.000 dólares.
En cifras, 5 viajes a la semana, multiplicado por 52 semanas al
año son aproximadamente 260 viajes durante un solo año. Si en
cada lancha viajara un promedio de entre 20 migrantes, tendríamos que, en un año, el promedio de viajeros es de 5.200 personas. Si cada uno de los migrantes cancela en promedio 1.500 dólares, tendríamos el resultado de 7.800.000 dólares.
La ONG considera que es preciso indicar que estas cifras se obtienen de estimaciones realizadas en función del número promedio de viajes y el
número promedio de migrantes.
Las organizaciones criminales transnacionales dedicadas al tráfico ilegal de migrantes son muy celosas, herméticas y silenciosas. Están acostumbradas a trabajar en la oscuridad de la noche. El poder económico que manejan es tan grande que han logrado corromper a funcionarios de Migración Colombia, oficiales de la Armada Colombiana y a organismos de seguridad de muchos países, incluyendo Venezuela, Colombia, Panamá y Nicaragua, entre otros.
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