El escritor uruguayo revoluciona la literatura latinoamericana con su estilo descriptivo en sus novelas y cautiva a los lectores con su poesía que conmueve el alma.
Mario Benedetti fue un escritor uruguayo reconocido internacionalmente que logro marcar la literatura latinoamericana para siempre. Aunque es generalmente conocido por sus novelas, también fue un poeta en toda regla.
Nacido en Paso de los Toros, Uruguay, un 14 de septiembre de 1920, Benedetti desarrolló su amor por la poesía y la literatura a la temprana edad de 19 años. Esto definiría su vida, ya que dedicaría gran parte de ella a la escritura. Pasó 29 años trabajando en la redacción del semanario Marcha, un importante foro de reflexión y análisis de temas varios. Fue también el encargado de dirigir la revista literaria Marginalia.
Su carrera, llena de experiencia en el campo de la escritura, trajo consigo éxitos literarios como Gracias por el fuego (1965), Despistes y franquezas (1989), Corazón coraza y otros poemas (1997), entre muchos más.
Sin embargo, Benedetti escribió sobre todo poesía, con más de cuarenta poemarios publicados hasta el momento de su muerte. Es por eso que hemos seleccionado los siete poemas más llamativos de Mario Benedetti.
Estados de ánimo
Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado y en otras como un cielo azul, pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas y otras veces un árbol con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas como laguna insomne, con un embarcadero ya sin embarcaciones; una laguna verde, inmóvil y paciente, conforme con sus algas, sus musgos y sus peces, sereno en mi confianza.
Confiando en que una tarde te acerques y te mires, te mires al mirarme.
Cuando éramos niños
Cuando éramos niños los viejos tenían como treinta, un charco era un océano, la muerte lisa y llana no existía.
Luego cuando muchachos, los viejos eran gente de cuarenta, un estanque era un océano, la muerte solamente una palabra.
Ya cuando nos casamos los ancianos estaban en los cincuenta, un lago era un océano, la muerte era la muerte de los otros.
Ahora veteranos ya le dimos alcance a la verdad, el océano es por fin el océano, pero la muerte empieza a ser la nuestra.
Informe sobre caricias
La caricia es un lenguaje, si tus caricias me hablan no quisiera que se callen.
La caricia no es la copia de otra caricia lejana, es una nueva versión casi siempre mejorada.
Es la fiesta de la piel, la caricia mientras dura y cuando se aleja deja sin amparo a la lujuria.
Las caricias de los sueños que son prodigio y encanto adolecen de un defecto, no tiene tacto.
Como aventura y enigma, la caricia empieza antes de convertirse en caricia.
Es claro que lo mejor no es la caricia en sí misma, sino su continuación.
Por siempre
Si la esmeralda se opacara, si el oro perdiera su color, entonces, se acabaría nuestro amor.
Si el sol no calentara, si la luna no existiera, entonces, no tendría sentido vivir en esta tierra, como tampoco tendría sentido vivir sin mi vida, la mujer de mis sueños, la que me da la alegría…
Si el mundo no girara o el tiempo no existiese, entonces, jamás moriría. Jamás morirías, tampoco nuestro amor… pero el tiempo no es necesario, nuestro amor es eterno, no necesitamos del sol, de la luna o los astros para seguir amándonos…
Si la vida fuera otra y la muerte llegase, entonces, te amaría hoy, mañana… por siempre… todavía.
Esta es mi casa
No cabe duda. Esta es mi casa, aquí sucedo, aquí me engaño inmensamente. Esta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende, la primavera y me condena. Tengo millones de huéspedes que ríen y comen, copulan y duermen, juegan y piensan, millones de huéspedes que se aburren y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda. Esta es mi casa. Todos los perros y campanarios pasan frente a ella. Pero a mi casa la azotan los rayos y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme, porque todas las puertas dan afuera del mundo.
Hagamos un trato
Compañera, usted sabe, puede contar conmigo, no hasta dos o hasta diez, sino contar conmigo.
Si alguna vez advierte, que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos, no alerte sus fusiles, ni piense qué delirio, a pesar de la veta o tal vez porque existe, usted puede contar conmigo.
Si otras veces me encuentra huraño sin motivo, no piense, qué flojera, igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato, yo quisiera contar con usted.
Es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo y cuando digo esto, quiero decir contar, aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco, no ya para que acuda presurosa en mi auxilio, sino para saber a ciencia cierta, que usted sabe que puede contar conmigo.
Táctica y estrategia
Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos.
Mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible.
Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo, ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vos.
Mi táctica es ser franco, y saber que sos franca, y que no nos vendamos,
simulacros, para que entre los dos, no haya telón, ni abismos.
Mi estrategia es, en cambio, más profunda, y más simple.
Mi estrategia es, que un día cualquiera, no sé cómo, ni sé
con qué pretexto, por fin me necesites.
Noticia al Día/ Reyhans Quiroz
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