Las autoridades colombianas capturaron en el departamento de Norte de Santander a seis personas señaladas de integrar una organización criminal dedicada al transporte ilegal de migrantes indocumentados, informó este sábado 27 de diciembre la Fiscalía General de la Nación.
De acuerdo con la investigación, la red habría movilizado en el último año y medio a al menos 222 personas, en su mayoría ciudadanos venezolanos, quienes eran trasladados desde distintos municipios de Norte de Santander y posteriormente abandonados en la frontera con Ecuador y en la región del Urabá, al noroeste del país, publica El Diario.
Los presuntos integrantes del grupo captaban a sus víctimas en las terminales de transporte de Cúcuta, Pamplonita y Los Patios. Una vez allí, los conducían a tres agencias de viajes, donde les ofrecían supuestos paquetes turísticos que incluían traslados en autobuses hacia Quito, Lima y varias ciudades de Chile.
Según la Fiscalía, estos paquetes prometían además hospedaje, alimentación, tarjetas SIM para comunicaciones, acompañamiento de guías y la entrega de documentos destinados a evadir controles policiales y migratorios. Sin embargo, las autoridades precisaron que dichos documentos eran falsos o extemporáneos y carecían de validez legal.
La investigación estableció que, del total de personas movilizadas, al menos 27 eran menores de edad. Muchos de los migrantes fueron dejados a su suerte en zonas fronterizas sin que se cumpliera siquiera la mitad del recorrido ofrecido, quedando expuestos a condiciones de vulnerabilidad.
Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos imputó a los detenidos los delitos de concierto para delinquir y tráfico de migrantes agravado. Por orden de un juez de control de garantías, cinco de los procesados fueron enviados a centros de reclusión, mientras que el sexto cumplirá medida de aseguramiento bajo detención domiciliaria.
Colombia continúa siendo un punto clave dentro de la crisis migratoria regional, especialmente la zona del Urabá, que en los últimos años ha funcionado como corredor de salida para miles de personas que intentan cruzar la peligrosa selva del Darién, en la frontera con Panamá, rumbo a Estados Unidos. No obstante, las autoridades han señalado que este flujo ha disminuido de forma significativa tras el regreso de Donald Trump a la presidencia.
NAM/Agencias
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