Los pesos colombianos son parte indispensable de la economía regional en el estado Táchira, desde hace un lustro y, por ende, antes de la pandemia de la Covid-19, el menudeo para el pago de pasajes del transporte urbano y extraurbano ya se realizaba con la moneda extranjera, situación que fue calando día a día ante la inexistencia del bolívar, el cual, en sus conos monetarios anteriores, solo se utilizaban para hacer carteras, sombreros y algún souvenir para propios y foráneos.
Los municipios Bolívar, Pedro María Ureña y García de Hevia, los tres fronterizos con Colombia se han caracterizado por décadas como centros activos para el intercambio económico, social y cultural, de allí que la convergencia entre las monedas para el pago de bienes y servicios era incuestionable; sin embargo, ante la falta de efectivo y de una política de distribución del cono monetario de manera regular generó transformaciones que han derivado en la ausencia parcial, en algunos municipios y total, en otros, del bolívar, en todas sus presentaciones tangibles, soberanos, fuertes y bolívares sin más ni más.
La crisis del efectivo paralizó de manera momentánea algunos sectores productivos de la región. La mutación de la moneda nacional por la extranjera se centró primero en los vendedores de hortalizas y transportistas y, luego, se fue extendiendo por todo el comercio para así consolidarse de manera frontal como una moneda de facto que hoy rige el 94 % de todos los intercambios comerciales en el estado Táchira, región en la que hasta la fecha el único billete que se ha visto, del nuevo cono monetario, es del cinco bolívares, el cual es resguardado por quienes lo ostentan como una reliquia que, de acuerdo con sus propias apreciaciones, pronto desaparecerá.
Para el economista y especialista en relaciones económicas internacionales, Aldo Contreras, la crisis del efectivo, la falta de conectividad, los escasos puntos de venta y los constantes cortes eléctricos fomentan que el peso colombiano tenga una mayor aceptación que día a día se consolida ante la falta de una política de recuperación económica.
“Esto ha fomentado un nuevo orden económico… que tiene un entorno multimoneda donde el bolívar ha perdido el protagonismo (…) esto ha llevado a que los agentes económicos utilicen al peso como moneda de cuenta, moneda de curso legal”
Contreras aduce, que el caso en la región es inédito, ante las transformaciones que han dispuesto que por primera vez en la historia nacional existan en cuentas bancarias venezolanas la presencia del peso colombiano. Esgrime que esta situación solo se presentaba con monedas “fuertes”: euro y el dólar norteamericano.
Adiciona que otro de los factores favorables para la denominada «colombianización de facto», es la característica particular que se da en la región en torno a la doble nacionalidad, esta situación permite a los tachirenses abrir cuentas bancarias y ser partícipes en el sistema financiero colombiano. “En el Táchira entre un 20 % y 30 % de las transacciones digitales se realizan a través de la plataforma Nique o Bancolombia”.
El especialista determina que el país perdió su soberanía financiera y, por ende, la actuación del Banco Central ante el desconocimiento real de la cantidad de pesos que participan en la economía nacional, señala que se anula la capacidad estadista, capacidad de control sobre la política fiscal y capacidad crediticia.
“El país pierde el orgullo de haber tenido una moneda, en el caso de la frontera, cuando se entregaba 14 pesos por un bolívar (…) en una economía donde se intercambiaban 7.000 millones de dólares con Colombia y estábamos en la Comunidad Andina de Naciones (CAN)».
Dentro de los aspectos positivos que detenta el economista, ante la llegada del peso a la región, está en señalar que de algún modo se venció la idea que tenía el comunismo “de llevar a toda la población a la línea de pobreza”, presionando a los agentes económicos para que percibieran un salario mínimo por debajo de los 5 dólares mensuales.
“La colombianización del sistema permitió a un número representativo de la población que tuviese, aunque un poder adquisitivo más bajo que en Colombia y otros países suramericanos, salvarse del hambre y de la pobreza extrema”.
– Menos bolívares, más pesos –
El pago del servicio de transporte urbano en el casco central de San Cristóbal previsto desde la comisión de Desarrollo Vial, Transporte Público y Movilidad del Concejo Municipal se tenía estipulado, antes de la reconversión, en Bs. 1.000.000 lo que ahora representa Bs. 1.
Sin embargo, la falta de efectivo y la necesidad del servicio motivó que de manera unilateral se estipulara un precio, en principio de 1.000 COP (pesos colombianos) lo que equivale a Bs. 1,25, y posteriormente a 1500 COP, es decir, Bs. 1,88 ello como una medida “de necesidad” por parte del sindicato de Transporte de estado Táchira, entidad que argumentó que los costos de mantenimiento de la unidades se incrementaron considerablemente desde el segundo semestre del año 2021 y, además, se cancelan en pesos o dólares.
Pero los costos de los repuestos y personal capacitado para la reparación de las unidades de transporte no fue el único indicio para cambiar de bolívares a pesos el cobro del servicio. Juan Manuel Corso, conductor de una de las rutas urbanas que tienen como paradas el centro de la ciudad, constató que la falta de bolívares obligó al transportista a utilizar los pesos como moneda para sufragar el servicio.
“Los montos que utilizamos para comenzar fueron el reflejo de lo que cobraban los transportistas colombianos en el departamento Norte de Santander», reconoce.
Corso asegura que el bolívar no vale nada en el estado Táchira y esto se evidencia en las tarifas que presentan los estacionamientos, talleres mecánicos y comercios de repuestos, sectores asociados al transporte que solo aceptan pesos y dólares, relegando al bolívar.
– Desplazamiento de la moneda nacional-
Isidro Pérez Moncada, licenciado en Estudios Internacionales con postgrado en Economía argumenta que la presencia de los pesos en la región y, por ende, su utilización en las transacciones económicas se debe a un desplazamiento de un recurso que además de perder su valor es inexistente desde el punto de vista físico.
“La gente no dispone ni de monedas ni de billetes (bolívares) de allí que se permitió la entrada de la divisa colombiana que generó una mejoría de la compra- venta de bienes y servicios”.
Pérez Moncada estima que la situación ilegal del manejo de transacciones económicas con divisas que no son de curso legal en el país, más que fomentar pérdidas “mejora” el aparato económico, “calentando las relaciones de mercado”. Las ganancias, aduce, quedan en las manos de los consumidores, quienes ante la falta de la estructura de financiamiento en el país y, en este caso, en la región, ven como una salida promover este tipo de actividad.
– ¿Con la economía interna venezolana en crisis, es posible que se recupere el bolívar a mediano o largo plazo?
– Si es posible si existiese una política monetaria clara, transparente, asertiva, pero no existe esa política monetaria. El Banco Central no la ha acelerado ni la va acelerar. (…) esto forma parte de la política comercial que está integrada por la política fiscal, la política cambiaria y la política monetaria. (…) esta política comercial no permite transacciones internas y las externas están hechas con poca transparencia.
-¿Qué es lo negativo de la utilización del peso en la región?
-En el mercado local no hay nada negativo, al contrario, tú puedes hacer transacciones que te benefician como consumidor con esta divisa. Si no existiera este flujo de moneda extranjera, el trabajo sería imposible ante la ausencia de los bolívares (…) Tú recorres el mercado y haces tus transacciones de bienes y servicios porque existe esa divisa (pesos) así como sucede en otros estados del país donde la moneda es el euro o el dólar norteamericano.
-¿Existe una realidad parecida en otros países en la cual la moneda local pasa a un segundo y tercer plano en las transacciones económicas?
– En Europa existe lo que ellos llaman la «serpiente monetaria», en la cual convergen el euro con las distintas monedas de los países que conforman la zona euro (…) esa experiencia es importante porque ellos transan con el euro y con las monedas domésticas (…) Es un gran beneficio, pero hay que tener en cuenta que eso forma parte de la política monetaria del Banco Europeo y ese respaldo genera claridad y transparencia en las transacciones. En el caso nuestro, una vez existió esa premisa en el Pacto Andino donde se formuló la existencia de un peso andino para que circulara en los países miembros (..) esa figura se desplomó producto de las asimetrías existentes entre los países (…) no es igual Venezuela que Colombia, Perú con Bolivia.
-¿Cuáles serían las consecuencias en el ámbito interno y externo con la presencia de monedas extranjera que formalmente no han sido aprobados por el Estado?
-Siguen funcionando igual las divisas. Mientras el estado no diga nada dentro de esa anarquía monetaria siguen operando (…) Por un lado, está el euro y el dólar en Caracas y el centro del país, por otro el Real en la frontera con Brasil y aquí en el (estado) Táchira sigue el peso (…). No pasa nada, concluye Pérez Moncada.
Síguenos en nuestro Instagram, Twitter, Facebook y YouTube recibe de inmediato los hechos noticiosos y análisis tal como están ocurriendo.
Banca y Negocios