Para brindar mayor seguridad a 340 niños del colegio, la organización La Papelera Tiene Hambre espera recolectar más de 5.000 ecobloques y pide donaciones de cemento, arena roja, cal, arena blanca y malla de gallinero para construir el muro ecologico y beneficiar a la comunidad Ciudad Lossada
Más de 1.000 ecobloques conforman cuatro nuevos paños de la nueva cerca perimetral de la Escuela Luz del Saber, una institución educativa que ve la iniciativa por parte de la organización La Papelera Tiene Hambre, como una luz al final del túnel y una señal de mejoría para la prácticamente improvisada estructura.
La escuela se ubica en la comunidad Ciudad Lossada al Oeste de Maracaibo, donde actualmente hay 340 niños matriculados de preescolar a primaria y el 90 % de ellos pertenecen a la etnia Wayúu pero carece de electricidad, agua, cloacas y seguridad.
Para conocer de fondo la situación de la institución, el equipo reporteril de Versión Final, se dirigió hasta la zona y conversó con Nancy Ferrer, directora de la Escuela Luz del Saber, quien ofreció detalles de la iniciativa ecológica y la importancia del pequeño pero simbólico aporte realizado por la ONG zuliana.
Ferrer destacó que la institución no posee una construcción sólida y que actualmente el personal docente dicta clases en una estructura que surgió como “plan emergente” por parte del Ejecutivo Nacional que a través de Pdvsa donó un techo y un piso que con el paso del tiempo se convirtió en un colegio.
La directora del colegio detalló que la Escuela Luz del Saber posee un terreno en total abandono que se ubica en las inmediaciones del Hospital de Especialidades Pediátricas, donde se debe construir la institución pero, hasta el momento, no ha sido posible.
Ante la necesidad de un colegio para Ciudad Lossada, los padres, representantes y personal docente junto a vecinos e integrantes del Consejo Comunal, han ido transformando el techo donado en una estructura que alberga seis salones improvisados para poder brindar clase de lunes a viernes en dos turnos.
“Lo único que tenemos son pupitres. Nosotros no tenemos luz, tampoco tenemos agua pero así laboramos con nuestros niños desde las 7:00 a.m a 11:30 de lunes a viernes”, dijo en un tono entusiasta la directora de la institución.
Aseguró 13 docentes realizan una ardua labor dentro de la escuela por vocación y con apoyo de los vecinos: “Tampoco tenemos una cancha pero la maestra de educación física se lleva a los niños a la cancha de la comunidad que tampoco tiene techo pero es grande y tiene grama, allá hacen sus ejercicios”, añadió.
Haciendo de tripas corazones, Nancy Ferrer, directora de la Escuela Luz del Saber, comentó que no fueron seleccionados por las Brigadas Comunitarias Militares para la salud y para la educación (Bricomiles), un programa impulsado por el Gobierno Nacional para realizar mejoras a estructuras académicas.
Ecobloques que alegran corazones
No todo puede ser negativo y La Papelera Tiene Hambre lo demostró con un proyecto que lleva más de un año con la finalidad de reemplazar la actual cerca perimetral del colegio por una más sólida y robusta construida por ecobloques.
A través de su cuenta Instagram @lapapelerath, la ONG anunció el inicio de la construcción de al menos 30 metros de cerca. La iniciativa surgió luego de que integrantes de la organización observaran el estado de la improvisada escuela y la cerca inestable de latas y palos.
Ferrer dijo que los voluntariados empezaron dictando cursos a niños y representantes, “ellos empezaron aprendiendo sobre la limpieza y fue lindo ver como los estudiantes recogían los papeles para hacer sus ecobloques. Ahora ellos piensan distinto y mantienen sus áreas limpias”, subrayó.
Según la directora de la escuela el primer muro construido se demoró un día, “porque se queria saber qué cantidad de material se necesitaba y cómo se iba a hacer pero al otro día hicieron tres paños rapidito”.
Trascendió que la cerca de ciclón que se coloca encima de las bases ecológicas son las mismas que se vieron en la obligación de quitar del terreno frente al Hospital de Especialidades Pediátricas porque se las estaban robando por el estado de abandono que tenía la zona.
Los vecinos del sector esperan que a mediados de enero se pueda concluir la cerca completa para que el colegio tenga una mejor cara y también logre reforzar su seguridad.
Por su parte, la Papelera Tiene Hambre asegura que cada ecobloque pesa aproximadamente 400 gramos de desechos: “Imagina cuantos desechos dejarán de estar contaminando cuando la recolecta ya superó los 1.000, necesitamos más de 5.000 bien compactados”, escribió la ONG en sus redes sociales.
Para lograr el objetivo y seguir alegrando corazones de la comunidad Ciudad Lossada, la organización está necesitando donaciones de cemento, arena roja, cal, arena blanca, malla de gallinero y ecobloques para continuar con la construcción ecológica.
Fuente: versionfinal
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