Los productores de plátano de Zulia, Mérida y Táchira están paralizados por falta de gasolina. Sus vehículos y herramientas carecen de combustible para ir a las fincas, procesar y retirar la cosecha de plátano.
Desde el Vigía, donde está la sede de Fundación para el Mejoramiento del Plátano en Venezuela (Fumolaven) y convergen un promedio de cuatro mil productores, están a la espera del despacho de combustible.
“La situación se nos está saliendo de las manos, ya que tenemos los vehículos para transportar los plátanos sin una gota de combustible para atender la demanda”, asegura José Peña, productor.
Desde entonces han pasado 17 días sin despachar la producción a sus clientes. El producto corre el riesgo de perderse si no se despacha a tiempo ya que es altamente perecedero.
“Tengo dos meses para sacar la cosecha y ya llevo 22 días sin poder bajar” (despachar), expresa con preocupación Peña.
Recientemente se hizo un censo. «Hace ocho días y es la fecha y nada que se ha podido surtir combustible, ya estamos a miércoles y nada de gasolina”, dice el productor platanero.
«Lo que se viene es hambre»
El tiempo entre la siembra de una planta de plátano y la cosecha del racimo es de 9 a 12 meses. Con 48 días disponible para sacar la mercancía a los expendios, podrían perderse toneladas de plátanos «En mi caso tengo en riesgo 24 mil kilos que se pueden podrir. Ahorita está saliendo mucho el maduro, porque no se están sacando a tiempo las cosechas», agrega.
No conforme con el riesgo, se le suma los precios que van en picada. «Se tiene un valor estipulado de 5,4 millones de bolívares la pesada de 300 kilos y la semana pasada antes del corte, me lo pagaron a 4,8 millones y ahora ni se sabe, porque ahora están entre tres a 3,5 millones de bolívares».
Esto representa una pérdida para los productores que tienen que venderle a precio de pérdida a los camioneros, ya que ellos logran conseguir gasoil y pueden llegar a las fincas para llevárselos, pero a un precio desequilibrado en contra de los productores que «terminan pagando los platos rotos».
A seis litros por cabeza
Aseguran que quienes les despacharían el combustible, solo les garantizan 24 mil litros a los cuatro mil productores, lo que representaría un total de seis litros por cada productor. “¿Y a dónde vamos con esa cantidad?”, cuestiona Peña.
A ello se le suma la planta de fumigación, las podadoras o guarañas, entre otras herramientas que requieren el carburante para su tratamiento, recolección y despacho.
“Lo que se viene es hambre si esto sigue así”, expresa con preocupación los productores de plátanos del Sur del Lago.
La Verdad
